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¿Cuánta tierra necesita un hombre?

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Le Corbusier, Le Cabanon / Foto: Rieger Bertrand

Si leyéramos más posiblemente entenderíamos mejor la realidad, o tal vez incluso al comprenderla la cambiaríamos. Poco a poco los habitantes del llamado mundo desarrollado, básicamente formado por Europa, Estados Unidos y algunas tierras sueltas que han seguido el ejemplo de desarrollo y bienestar social del mundo occidental, leemos cada vez menos. De hecho, los más jóvenes ya da igual que lean o no, pues parece que no son capaces ni de entender lo que leen ni de guardarlo en su memoria. El caso es que en un mundo como el actual, aquejados de males continuos y crecientes, vivimos situaciones que ya se plantearos en tiempos anteriores, aunque hoy esos planteamientos solo quepan en el conocimiento privilegiado de unos pocos.

Pero para eso están los libros. Para leer, para conocer, para recordar, para no olvidar. Para saber. Y para no cometer sistemáticamente el mismo error. También sirven, por cierto, para saber cuánta tierra necesita un hombre. Esto último lo puedes saber si lees a Tolstoi, o si lees el pequeño y precioso libro Cuánta casa necesitamos de Urs Peter Flueckiger, publicado en Basilea en 2016 y que Gustavo Gili reedita en español en este mismo 2019.

En pleno reconocimiento del problema del medioambiente que vivimos y que empezamos a comprender, este pequeño libro lanza una pregunta que muchos no parecen haberse hecho nunca: ¿Cuánta casa necesitamos para vivir? La casa se ha convertido en un signo de capacidad económica, en una muestra del lujo y de la riqueza. En primer lugar, tiene que ser propia, no nos basta con habitarla, hay que poseerla. Dicen que esa posesión da seguridad. Tal vez haya algún libro que nos explique que todo lo que se construye se puede destruir aún más fácilmente. La naturaleza nos lo enseña cíclicamente para bajar un poco nuestra prepotencia y soberbia: terremotos, incendios, tsunamis, la próxima e inevitable subida del nivel del mar, acaban anualmente con miles de propiedades.

Demostración práctica de que es mucho más sostenible la vida en esa escala real que en la que vivimos actualmente en las ciudades de todo el mundo

Acabamos de ver como celebridades de Hollywood huían de sus mansiones que ardían sin remedio ante el fuego incontrolable. La casa, la vivienda, es el núcleo de esas burbujas que hemos visto recorrer el mundo: la burbuja inmobiliaria, que arrasa edificios magníficos para construir nichos de lujo al alcance de muy pocos, que se endeudan de por vida para tener una casa en propiedad… luego llega un terremoto y comprendemos que lo único que nunca se pierde es la tierra y no lo que se construye en ella.…

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