Hace años que las Guerrillas Girls hicieron famosa la frase de que las mujeres para entrar en las colecciones de los museos debíamos estar desnudas. Naturalmente era la broma que comentaba el porcentaje de mujeres que estaban presentes en los museos, y cómo realmente nuestra presencia se centraba en el papel de desnudos en pinturas, fotos y esculturas. Pues hoy en día parece que ni desnudándonos conseguimos mejores porcentajes. Lo cierto es que su activismo, a medio camino entre la acción política y la acción artística, ha quedado instaurado como crítica al marcado carácter machista del sector artístico.
Si aquí hay pocas mujeres en las zonas más altas de todos los capítulos, hace años que me resultó sorprendente que en Brasil no hubiera nada más que un director de museo de raza negra o mestizo
En un sector en el que los estudios de género, una evidente mayor capacidad intelectual que la media de la sociedad, y una mentalidad supuestamente más abierta deberían anular cualquier tendencia corporativa, cualquier intención de marginación por razón de sexo, resulta que no es así, que sigue siendo algo parecido a los clubs privados: “solo socios”. Claro que si aquí hay pocas mujeres en las zonas más altas de todos los capítulos, hace años que me resultó sorprendente que en Brasil no hubiera nada más que un director de museo de raza negra o mestizo, siendo un país como es bien sabido de mezcla de colores y razas, donde el blanco no es color predominante. Y si seguimos así, en países donde la sociedad no es rubia y blanca sorprende como sus políticos, sus presentadores de TV, sus actores si lo son… cosas sorprendentes ¿o no?
Volviendo a España hay que reconocer que el hecho de que las mujeres sean marginadas sistemáticamente no parece indicar un sesgo de puritanismo, ya que no sucede así con la población homosexual (al menos en lo que respecta a los hombres, las mujeres también aquí llevan peor trato), que alcanza porcentajes elevados. Pero esto significa algo bueno: que un territorio, como el del arte y la cultura, que siempre ha sido “cosa de mujeres”, ya es reconocido como un sector serio, profesional y económicamente rentable, de prestigio social, y por eso ya son los hombres los que triunfan en él. Cuando estudiaba historia del arte la presencia femenina en las aulas era masiva, frente a un puñado de estudiantes varones.…
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