La mayor parte de las veces nos olvidamos de que el arte también es, en cierto modo, un trabajo en equipo. Ni el crítico ni el profesor ni el director de un museo ni el gestor cultural, ni por supuesto el galerista, ni de ninguna manera el artista, trabajan solos. Todos trabajan, como se dice tan frecuentemente y muchas veces de forma absurda, en una estructura de redes. El pensamiento y la creación pueden ser productos de una sola mente, pero todo el proceso que lo lleva a convertirse en algo real se hace en grupo, pasando por el asistente o el encargado del registro del museo, hasta la jefa de almacén de la galería o el becario de turno. Todos participan en algo que supera a un solo individuo. Por no hablar de la importancia del transportista, montadores, impresores, electricistas, traductores, correctores, diseñadores y un etcétera inmenso en cualquier exposición, en cualquier libro. Somos, de alguna manera, compañeros de un viaje en el que hacemos solo algunos tramos juntos y en el que cada uno se baja en su parada correspondiente, sin esperar más aplausos que un sueldo ni más satisfacción que el haber hecho algo bien.
Por lo general, cuanto más rico y famoso el artista, menos relevancia tendrá la o el modelo
El artista tiene unas personas esenciales en su actividad. Son las y los modelos. Parece algo clásico, pero ellos siguen ahí frente a nosotros. Ellos son realmente a quienes vemos cuando miramos la historia de la pintura y, desde luego, cuando miramos la mayoría, la inmensa mayoría de las imágenes fotográficas que existen. En la fotografía, sobre todo, son los protagonistas de todo ese género documentalista sobre el que se asienta, sobre la infinita cantidad de retratos tanto de personas cuyos nombres aparecen en el título como de todas las que nunca sabremos ni cómo se llaman. El pasado 8 de septiembre moría de un cáncer de estómago a los 70 años Lisa Lyon, conocida mundialmente como una de las pioneras del culturismo femenino —amiga de Arnold Schwarzenegger—, a la que todos conocemos por su presencia en la fotografía de Robert Mapplethorpe, de quien era una buena amiga, además de una de sus modelos habituales. Mapplethorpe le hizo más de 150 fotografías (recopiladas en el libro Lady: Lisa Lyon, 1983) entre 1980 y 1983. Pero también fue retratada, o incluida en las fotografías, por Joel-Peter Witkin y Helmut Newton, además de inspirar a Frank Miller para crear la figura de una de sus principales heroínas (Elecktra) para los comics de Marvel.…
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