anterior

Celebración de la pintura

siguiente
Joan Miró, El nacimiento del mundo, 1925
Joan Miró, El nacimiento del mundo, 1925

El Museo del Prado celebra su bicentenario con una gran muestra que enlaza la historia de España en esos 200 años y su relación con el propio Museo, Un lugar de memoria es el título de esta muestra que estará abierta hasta noviembre. Sin duda es esta la mejor de las revisiones que de la historia de España en esos 200 años se puede hacer, siempre es mejor la vida que contamos que la que vivimos, gracias a los recuerdos la vida privada se convierte en algo interesante, y la historia reluce con sus revisiones siempre que lo cuenten buenos narradores. Aquí los narradores son los pintores, grandes todos y sublimes algunos, entre ellos, Velázquez, “que por sí solo vale todo el viaje: Él es el pintor de pintores” escribiría Manet a Fantin-Latour desde el Madrid de 1865.

Algunos de los expuestos aún no están dentro del Museo (sus obras prestadas para la ocasión), que realiza un gran esfuerzo tanto en el contenido como en la construcción de la narración de estos 200 años, desde que en el siglo XIX se abre el museo al público hasta el día de hoy, con los cambios políticos, la desamortización, la pérdida de las colonias, la caída de la monarquía, la proclamación de la II República, una guerra civil (con la Sala IX, como quedó por el desalojo de las obras para protegerlas de la guerra), y muchos años, medio siglo de dictadura que se pasan en silencio, sin especial dolor.

Y es que hay cosas que mejor no recordar, que es mejor pasarlas por encima, dejando que la memoria descanse, para así, ya en el siglo XXI, unos nuevos reyes de la misma monarquía inauguren esta exposición que celebra la historia del museo, no ciertamente la historia de España.

En estos 200 años la idea de Museo cambia, se trasforma y, de alguna manera, también se desvanece casi en la nada

Hace poco leí que “la vida no es la que vivimos, sino como la recordamos para contarla“ (Facundo Manes, neurólogo y neurocientífico). La historia es la vida de un país, y la recuerdan para contarla los escritores y los artistas. La vida colectiva es lo que se conoce como historia, con sus sucesos, guerras, progresos, encuentros y desencuentros, con sus libros y sus pinturas. Y sus museos.

La vida colectiva de España está llena de grandes escritores y de grandes pintores, y como seguramente se podrá ver en esta muestra (no la he visto aún, ya que se inaugura después de escribir este texto) estos últimos 200 años marcan el inicio de una decadencia tanto en literatura como en artes plásticas en este país de la que me gustaría decir que ya ha tocado fondo, pero sinceramente no me atrevo.…

Este artículo es para suscriptores de EXPRESS

Suscríbete