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Arte o delito

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Deborah de Robertis en el Museo D’Orsay

En la pasada edición de Art Basel Miami, un ataque a una mujer fue tomada por los visitantes a la feria (cientos, lo que es una multitud) como una performance y hasta después de consumarse el ataque nadie prestó atención a la víctima, herida y en el suelo, en la moqueta de la feria. Y es que en una feria de arte ya sabemos que puede pasar cualquier cosa, aunque realmente casi nunca pasa nada que no esté previsto. Esa confusión entre arte y delito se hacía evidente en el marco incomparable de la mayor feria de arte contemporáneo en Estados Unidos, claro que tal vez allí estén más familiarizados con el delito que con el arte, por lo que el asunto no pareció merecer un espacio destacado en la prensa y nunca llegué a enterarme de qué es lo que había pasado, porque como, evidentemente, resultó que no era una performance ya nadie le prestó la menor atención.

La relación entre el arte y el delito siempre fue una relación de ladrones que robaban obras de arte, o de artistas delincuentes, galeristas delincuentes, profesionales del arte y a veces, por aquello del pluriempleo sin duda, también de la delincuencia. Pero esta ligazón casi simbiótica entre la obra de arte y el delito me parece que es algo nuevo y que merece más atención de la que se le está dando. Y en esto llega, regresa, Deborah de Robertis y se desnuda en un museo. Otra vez. Este hecho tiene múltiples comentarios posibles, desde la terrible afirmación/pregunta de las Guerrilla Girls hace ya demasiado tiempo de que “las mujeres tienen que estar desnudas para estar en los museos” (comentario hecho a la luz del ínfimo porcentaje de artistas mujeres presentes en los museos de todo el mundo, más allá de como espectadoras), así de Robertis simplemente cumplía esa lacónica profecía posmoderna: al desnudarse podría estar en el museo. Pero no, solamente ha estado en el museo por unos minutos y en la prensa en las últimas noticias de sociedad. Nuevamente se ha conseguido poco.

¿Arte o delito? Bueno, muchas veces el arte es en sí mismo un delito

De Robertis ya en 2014 se levantó las faldas y se abría el sexo en el Museo d’Orsay delante del cuadro simbólico y extrañamente hipnótico del “Origen del Mundo” de Gustave Courbet. En aquella ocasión la artista colgó un video en internet en el que se veía cómo los trabajadores del museo la tapaban con sus cuerpos formando una barrera entre ella y los visitantes del museo.…

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