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Arte español S.A.

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Arte Español

Ángel Vergara. Fotogramas de El callejero, 2006. Cortesía del artista

Hace años que venimos hablando de la débil presencia del arte español fuera de nuestras fronteras. De hecho, esta debilidad fue lo que llevó a la creación del IAC (Instituto de Arte Contemporáneo), que en este tiempo se ha convertido en una asociación que las instituciones aceptan como interlocutora a la hora de representar al sector del arte contemporáneo, si bien el número de asociados es bastante poco significativo en un momento en el que las redes sociales reúnen a miles de “amigos” y/o fans en torno a personas, eventos, personajes y personajillos, reales o inventados. En el origen del IAC subyacía, en aquellas primeras reuniones en IFEMA, la necesidad de que el arte español fuera tomado en serio como algo colectivo, como una expresión de una sociedad, con un grupo sectorial formado por muchos y variados miembros, con un nivel profesional alto y con una responsabilidad absoluta de cada uno de sus miembros.

Han pasado años de esto y, en el momento actual, poco o nada ha cambiado en la percepción que del arte español se tiene fuera de España. Sin duda a nivel individual, como siempre ha sucedido por otra parte, hay personas o firmas que son conocidas y respetadas, pero el arte español sigue siendo no sólo un desconocido sino, sobre todo, sigue estando muy poco y muy mal presentado fuera de nuestro propio país. Claro que dentro tampoco es que las cosas sean excelentes y el conocimiento que de nuestros artistas actuales se tiene en el propio sector no es gran cosa. Y posiblemente esto sea parte del origen del mal. La forma de presentarnos fuera tiene mucho que ver con los modos de comportarnos dentro, y que cada uno lo lea como quiera, pero como dirían los viejos, donde no hay no se puede encontrar.

Ese no es el problema, el artista elegido tiene el derecho de mostrar su trabajo, de ser como es y quien es

La realidad es que esta semana Europa tiene abiertos varios e importantes frentes en los que el arte español está incluido, pero ciertamente no brilla. Está fragmentariamente, escasamente representado. Por una parte la Bienal de Venecia, con un pabellón que pretende ser el más moderno y se convierte en el más confuso, pero eso da igual. Ese no es el problema, el artista elegido tiene el derecho de mostrar su trabajo, de ser como es y quien es, y cada uno puede tener su opinión, pero eso entra dentro de los baremos de gustos y afinidades.…

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