anterior

Arqueología del futuro

siguiente
Ruinas del Palacio Imperial de Pekín (China), saqueado y destruido por los británicos y franceses durante la Segunda Guerra del Opio (1856-1860)

¿De verdad hay que guardarlo todo? El juicio crítico sobre lo que es esencial, importante o prescindible ha caído en el lado de la balanza en el que, por si acaso, mejor lo guardamos todo. El primer diente que se le cae a cada uno de tus hijos, la pulserita de la maternidad, un mechón de su pelo… Y así llegamos a almacenar enormes cantidades de cachivaches feos, absurdos y por los que no tenemos ningún cariño, conocidos como trabajos manuales (sí, la cuchara de madera pintada convertida en perchero, los cubos para guardar bolígrafos hechos con churritos de plastilina, innumerables cartas de reyes, manitas impresas en arcilla…). Los guardamos porque sí, son cachivaches, pero son nuestros cachivaches… Pero, ¿guardaríamos las mismas cosas realizadas por niños australianos desconocidos de hace 40 años? Pues así tenemos millones de metros cuadrados en el mundo que archivan, guardan, protegen y catalogan; cosas similares que realmente, no nos engañemos, importan muy poco. No voy a entrar en los costos, porque más se gasta en otras cosas aún mucho más incomprensibles. Lo que a mí me llama la atención es el afán por conservarlo todo, porque es antiguo. La inmensa mayoría no tiene un valor diferenciador, es algo vulgar y repetido. ¿Realmente hay que guardarlo todo? Creo que Marie Kondo tiene mucho trabajo por delante.

Hace unos meses leía que un señor se había filmado a sí mismo destruyendo una pieza de piedra arqueológica de más de 4.500 años de antigüedad.1Julian Baker, de 52 años, se filmó a sí mismo rompiendo una reliquia de piedra datada hace 4.500 años en una montaña de Gales y posteó el vídeo en Facebook. Las autoridades le han detenido y multado con 4.400 libras para pagar la restauración de la pieza, y condenado a cuatro meses de prisión, una codena que queda en suspensión por dos años (Fuente: ArtNews). Al grito de “¡toda la información arqueológica debe desaparecer para siempre!”, este señor, martillo en mano, se lanzó contra la reliquia histórica. Cada cierto tiempo alguien ataca una pieza de museo clásica… pero creo que son dos cosas diferentes intentar romper el David o la Piedad de Miguel Ángel y destruir un petroglifo o una inscripción de un camino en un remoto lugar del mundo.

Habrá que crear almacenes y guardamuebles en el espacio, en varios planetas deshabitados, porque aquí ya no cabemos

Es sabido por todos que la continua edificación y recalificación del territorio y la especulación han enterrado, en silencio y de espaldas a todos, inmensos yacimientos arqueológicos, maravillosos mosaicos griegos… ciudades enteras, restos de cementerios y estructuras sagradas… En España es moneda de uso común saber que, cuando se excava para poner los cimientos a una nueva construcción, lo que se encuentre se tapa lo antes posible, porque la ley te obliga a declararlo, y entonces llega el experto oficial, arqueólogo las más de las veces, y la obra se para y no se puede tocar nada durante un tiempo largo y hasta puede que allí no se permita edificar.…

Este artículo es para suscriptores de EXPRESS

Suscríbete