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Peter Fischli & David Weiss, Tokio (Airports 1988-1997).

Coinciden o parece que coinciden las bienales de Venecia, Lyon y Estambul. Además de cientos de exposiciones en todo el mundo, no sólo en las infinitas galerías que intentan trabajar en cualquier parte, sino también en los grandes museos –MoMA, Tate, Pompidou, Reina Sofía,–, y en los museos de todas las ciudades del mundo, cada vez más: Buenos Aires, México, Río de Janeiro, y dentro de poco Lima y Bogotá. Bien, eso sin duda es algo positivo, la cultura, al parecer, se expande; en cada vez más sitios se pueden ver grandes y pequeñas exposiciones, lástima que casi siempre sean las mismas o parecidas. Pero lo curioso es que todos los eventos, y muy especialmente las bienales y las ferias, se basan en una internacionalidad apabullante, olvidando lo local, el arte del lugar. Antes de la crisis, un crítico, un especialista que se preciase, viajaba a prácticamente todas las bienales de su entorno que se celebrasen, si era europeo a la de Venecia, a Berlín, Lyon, sin duda, y con un poco de suerte a la de São Paulo, y a las grandes capitales del arte al menos un par o tres de veces, sin contar las ferias: París, Basilea, Madrid, Miami… Y ya en plan duro, Buenos Aires, México… Pero ahora las cosas han cambiado radicalmente. A las ferias ya sólo se va si se participa en ellas, y no siempre. Si antes los artistas viajaban con sus galeristas a las ferias en las que participaban, hoy viaja el galerista en solitario. Y los críticos raras veces aparecen ya, a no ser que los grandes medios les paguen gastos. Es decir, que ahora todas esas bienales internacionales, todas esas ferias tan poliglotas, llenas de artistas de otros países, se hacen prácticamente para el público local. Para el espectador local, para los especialistas locales. Sin embargo, cada vez se hacen más de espaldas a ese público local.

Este año que ya entra en su recta final ha sido lamentable en cuanto a los viajes internacionales del antes muy viajero sector artístico

El arte se empieza a parecer a un ensayo de laboratorio. Formulas genéricas en las que los ingredientes son los mismos aunque los nombres sean diferentes. La diferencia sin duda está en los consumidores. Este año que ya entra en su recta final ha sido lamentable en cuanto a los viajes internacionales del antes muy viajero sector artístico. Nunca estuvo la Bienal de Venecia o la feria de Basilea tan vacía de habituales turistas culturales, y los que siguen viajando se han hecho adictos al low cost, al hotel lejos del centro, al cocktail en lugar de la cena… En definitiva: estamos tocando fondo.…

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