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España

El "bote a pique" de Francisco Caneo

Solamente los que vivimos dentro de España y nos dedicamos al selvático mundo de la cultura sabemos el desguace que se está haciendo de la estructura cultural española. Al margen de ideologías el desmantelamiento de museos, centros, instituciones de todo tipo, justificado oficialmente por una crisis tan artificial como irresoluble, esconde realmente una especie de venganza contra todo lo que se ha logrado, como si alguien quisiera volver a sumirnos en la oscuridad en la que hemos estado tantos años. Es cierto que sin dinero no se pueden hacer muchas cosas, pero siempre se puede hacer algo como vienen demostrando desde siempre nuestros centros culturales diseminados por toda la América hispanoparlante. Bibliotecas humildes pero a veces las únicas posibles en esas ciudades, cine, conciertos, lo impensable en épocas de dolor y ruina en tantos países. Sin dinero apenas. Los Centros de Cultura de España han sido una luz en medio de los paisajes de dictaduras, guerras, abandono y miseria que han vivido los países latinos, esos a los que siempre hemos llamado hermanos. Una buena prueba de ello ha sido la larga y fructífera vida de, por poner un ejemplo muy significativo, el Centro Cultural de España en Buenos Aires. Un local mínimo en el arranque de una calle comercial donde se baila tangos y te puedes comprar cualquier cosa… desde ese semisótano que puede parecer cualquier cosa menos un centro cultural se han generado actividades, discursos, movimientos, vida y cultura y con muy poco dinero pero con el esfuerzo y la imaginación de su escaso personal y con la iniciativa de unos directores modélicos que han revolucionado la vida cultural en momentos tristes y difíciles, cuando no había posibilidad de hacer nada en una ciudad devastada por una dictadura feroz. Y lo mismo he visto personalmente que sucedía en Lima, en Santiago de Chile, en Uruguay, en México, por supuesto en Cuba… en toda la América hispana la existencia de nuestros centros culturales, con la presencia de unos directores que parecían más unos misioneros entregados en cuerpo y alma al trabajo, eran la auténtica presencia de España, de la España cercana, amiga, inteligente y siempre presente, interesada por lo que sucedía y al mismo tiempo llevando hasta el rincón más recóndito a nuestros escritores, artistas, músicos, cineastas. Ciclos de cine español que sin duda han ayudado a desarrollar el cine de países sin tradición, artistas de todo tipo, famosos y desconocidos han viajado, trabajado, convivido y difundido la mejor “marca España”, la cultura.…

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