Vámonos
Rosa Olivares
Los finales siempre son tristes. Por inevitables tal vez. Las despedidas, los adioses. Acompañar a alguien al aeropuerto, decir adiós en una estación… son ventanas a la melancolía. Toda despedida tiene un regusto a algo ya conocido, un cierto tufo a sentimentalismo barato. Esa tristeza de la despedida solo la sienten los que están implicados....