post_type:dossier
Array ( [0] => 112636 [1] => 112671 [2] => 112681 [3] => 112680 [4] => 112729 [5] => 112733 [6] => 112731 [7] => 112735 [8] => 112737 [9] => 112739 [10] => 112741 [11] => 112743 [12] => 112747 [13] => 112745 [14] => 112816 ) 1
size_articulos_ids: 15
Current ID: 112729
Current pos: 4
Articulo anterior: Pilar Aymerich
Articulo siguiente: Carlos Sanva
prevID: 112680
nextID: 112733
anterior

William Wegman

siguiente
Detalle de: William Wegman. Break Out, 1995. Courtesy of the artist and Galería Alta.

Trabajo en equipo

Ya hemos aprendido que el perro es el primer animal domesticado por el hombre, y que, como tantos otros animales, su supervivencia ha venido de la mano de su utilidad en nuestro propio beneficio. Antes de la empatía, del cariño mutuo entre cachorros, está el interés, el provecho, aunque sea en contra de las necesidades del animal; la segunda parte de un contrato que los humanos escriben y que prácticamente ningún otro animal suscribe. Pero el perro, muy al contrario que el gato, es un ser de infinita paciencia y con una gran capacidad de aguante. Y así, al pasar los siglos, podemos ver cómo hay una gran gama de posibles relaciones entre humanos y perros. En el arte, como estamos desgranando en estas páginas, vemos cómo los fotógrafos observan a perros y gatos desde la convivencia en sus propias casas y en las ciudades que todos ellos habitan, a veces en compañía y a veces en soledad.

William Wegman. The Line About, 2004. Courtesy of the artist and Galería Alta.
William Wegman. Façade, 2000. Courtesy of the artist and Galería Alta.

El caso de Wegman con sus perros es un caso excepcional. William Wegman (1943) empezó como pintor, posteriormente se inicia en el video y el conceptual, pero es en la fotografía en donde, sin duda, ha obtenido un mayor reconocimiento. Aunque habría que decir que ese reconocimiento se debe al trabajo en equipo con sus perros. Todo empezó en los 80, cuando compra un braco de Weimar, al que llama Man Ray y empieza a usarlo como modelo. Su éxito fue tal que, en 1982, Man Ray fue nombrado “Hombre del Año” de Estados Unidos por el Village Voice. Muy pronto Fay Ray, una hembra de la misma raza, se uniría al equipo… Y el resto ya es historia: camadas de pequeños bracos fueron sucediéndose ante la cámara de Wegman, que dio rienda suelta a su tendencia narrativa a través de sus perros. Ellos posan y modelan con la delicadeza de una top model y la paciencia de un santo. Representan cuentos infantiles, leyendas y fábulas, a veces como perros, otras como una extraña hibridación de humano y perro. Y también protagonizan fotos únicas, en un juego simbólico lleno de ironía. Una vez más, el hombre ha sabido sacar provecho de su unión con los canes, aunque esta vez no haya sido para cazar ni para su protección.…

Este artículo es para suscriptores de ARCHIVO

Suscríbete