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Vik Muniz

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Vik Muniz. Carcere XIV, The Gothic Arch (after Piranesi), 2002, from Prisons C-print, 254x182.9 cm. Courtesy of the artist and Galerie Xippas, Paris

Jugando con el arte

Entre el homenaje y el juego, entre el virtuosismo técnico y el reconocimiento de una tradición artística, la fotografía de Vik Muniz plantea reiterativamente una visión circular de la cultura de nuestro tiempo. Su trabajo se basa en la referencialidad, pero no solamente en los motivos e iconos simbólicos de la historia del arte universal, sino también en los objetos de culto en el uso consumista de la sociedad actual. Desde Goya o Piranesi hasta Warhol o Richard Serra, no hay autor ni artista, ni movimiento estilístico ni corriente estética que sea ajena a la mirada curiosa, y aparentemente ingenua, de un artista que desmitifica el arte y su simbología.

Algunos de los nombres que Vik Muniz utiliza y reutiliza en sus obras son sorprendentes, como sorprendente es ver la similitud de una de las Carcere de Piranesi, redibujada en blanco y negro a base de hilos y alfileres, con esas fotografías que son el resultado final de un proceso artesanal, al viejo estilo y que condensa en su proceso la pintura, la escultura, el estudio espacial y culmina en una fotografía, eliminando diferencias y acortando el tiempo que media entre una obra y su remake.

Hace tiempo que perdimos la inocencia y el arte actual se desenvuelve muy lejos del Paraíso

Reconstruir la imagen del cuadro de Caspar David Friedrich Caballero sobre un mar de nubes a partir de cenizas y colillas de cigarros nos hace repensar el significado de nuestra evolución cultural, del concepto de naturaleza. Pero volver a mirar el Saturno devorando a sus hijos de Francisco de Goya a partir de la acumulación, aparentemente caprichosa, de objetos de consumo, cachivaches de todo tipo de plástico, desechos de una sociedad que devora a sus hijos, nos obliga a darle más importancia a estas ironías de Muniz, a estos juegos que, en principio, se presentan como inocentes maniobras artísticas ligadas a una postmodernidad que recicla la cultura como si fuera vidrio o papel, pero que finalmente nos ofrecen una crítica cultural más amarga que dulce. Hace tiempo que perdimos la inocencia y el arte actual se desenvuelve muy lejos del Paraíso.…

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