Crisis
Un rastro fugaz de unas lágrimas en un pañuelo de papel arrugado y un cuerpo sin rostro que sostiene un mando a distancia, revelan un llanto repentino que, como toda acción, tiene una reacción: un abrazo improvisado. Dos estancias y una cortina. Dos cuerpos separados más que físicamente revelan una tempestad para la que pronto, o tarde, en el amor los segundos cuentan a un ritmo diferente, llegará una calma esperanzadora: una caricia en la bañera, un bol de cerezas compartido o, incluso, una mirada enrojecida. Un mal momento entre dos personas que comparten su vida, la fotógrafa Elinor Carucci y su esposo Eran, provocaron las instantáneas que componen la serie Crisis. Unas fotografías que se convirtieron en el catalizador que llevó a esta pareja a salir adelante: los gestos escenificados le permitían a él hablarle a ella con las palabras que fuera de estas imágenes no encontraba. Su generosidad, permitiendo ser fotografiado, le sirvió, a ella, para volver a conectar con él. La belleza del dolor, la tristeza compartida, la contemplación del esfuerzo diario y de la lucha interna, plasmada en la interacción externa, motivó una reconciliación que quizás, sin la fotografía, no hubiese tenido lugar. Sentimientos y comportamientos, orquestados o no, que Carucci maneja con maestría en todos sus trabajos. Vivencias íntimas, perversamente subjetivas, que unen a sus protagonistas tanto como conectan con esos espectadores empáticos que, como Elinor y Eran, son los protagonistas de sus propias biografías.
Translated by Dena Ellen Cowan
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