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Vari Caramés

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Vari Caramés. Nadar, 2010. Courtesy of the artist and VEGAP, Madrid. @vari_carames

Bajo el agua

Hacer del agua una cortina, un velo que cubre no solo las cosas sino la vida. Ese velo te coloca, a ti que miras, al otro lado de todo, te convierte realmente en un espectador, en lo que tiene que ser un espectador: aquel que mira y no interviene en la acción. El que solo observa, desde afuera. Esa gasa que deforma una realidad que posiblemente imaginamos: puede ser una ventana, un cristal empañado por la lluvia. Las gotas de agua deforman las imágenes de lo real, como las lágrimas. Las lágrimas, como la lluvia, son una triste barrera entre nosotros y el resto del mundo que nos hace ver todo prácticamente en blanco y negro, borroso, como una historia que vamos olvidando lentamente. Hay pocos fotógrafos que hayan utilizado el agua como una herramienta más de su trabajo como Vari Carámes, tal vez sea porque él es gallego, y los gallegos lo ven todo de otra manera, tal vez una manera pasada por agua.

Vari Caramés. Color, 2000. Courtesy of the artist and VEGAP, Madrid. @vari_carames

Las nubes, la lluvia, el mar, las ventanas empañadas, los vasos medio vacíos —o tal vez medio llenos—, las piscinas, los charcos y, posiblemente, en más de una ocasión, las lágrimas, nos dejan ver la vida, la nuestra y la de la gente y las cosas que nos rodean de otro color, como algo que se aleja, algo que ya no podemos tocar. Todo queda detrás de una especie de cristal. En las imágenes bajo el agua los cuerpos son más bellos, más rotundos, aunque incompletos, el movimiento más suave y más lento, y pensamos que son peceras, que tanto el fotógrafo como todos nosotros miramos, desde fuera del agua, esos cuerpos que se acercan y se alejan silenciosamente en un mundo azul e irreal, que desdibuja los perfiles, las líneas y los rostros de los cuerpos en una pecera.

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