…Vosotros sabéis que en la Escuela de Bellas Artes de París, uno de los más grandes centros de enseñanza de arquitectura, la vivienda no ha figurado jamás en los programas. No se ha consagrado ninguna atención a lo que constituye la vida de todos los seres: lo cotidiano, esos momentos y esas horas pasadas día tras día, desde la infancia hasta la muerte, en esas habitaciones, sitios cuadrados y simples que pueden ser emocionantes, constituyendo, en realidad, el teatro primordial donde actúa nuestra sensibilidad, desde el momento mismo en que abrimos nuestros ojos a la vida.
Le Corbusier, “Mensaje a los estudiantes de arquitectura”, Arquitectural design, febrero de 1959.
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