Con The Americans Robert Frank es considerado como el cofundador central de la fotografía documental subjetiva, pero desde los años setenta y ochenta se volvió cada vez más directo y personal. Sus collages de imágenes y texto parecen ramificaciones nerviosas, cables de alimentación abiertos, como las vueltas de la vida, de la existencia. Con una enorme proximidad autobiográfica, trazó pequeñas situaciones de la vida que oscilan desde la alegría hasta la tragedia, desde la esperanza hasta la desesperación, desde el amor hasta la pérdida. En una profundidad que a veces te deja sin aliento, en una inquietud que te hace sentir el pulso de la emoción, en una tragedia que a veces parece tragarse todo en su garganta oscura y negra. El trabajo de Robert Frank a menudo jadea con desesperación, encuentra cada vez más la insensatez de la realidad, lucha contra lo absurdo —de manera repentina perdió a su hija Andrea en un accidente aéreo, a su hijo Pablo lentamente a través de una grave enfermedad mental— y lucha contra la resignación, de repente exige luz, felicidad en la noche: desenfrenada, implacable, sedienta. Esta imagen, tomada en Mabou en Nueva Escocia, su segunda residencia, recuerda melancólicamente a Andrea, su hija que murió en un accidente aéreo en Guatemala a la edad de 20 años, la pérdida más importante que un padre puede tener. En contraste con una pradera en flor, una pradera llena de margaritas.…
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