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Santu Mofokeng

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Santu Mofokeng. Bishop J. G. Xaba (seated right). Photographer: Deale, Bloemfontein, circa 1890s, The Black Photoalbum / Look at me series, 1997. Courtesy of the artist

The Black Photo Album / Look at me: 1890-1950

“…en los llamados trabajadores civilizados, casi sin excepción su civilización era solo superficial”.

O Pirow, citando al primer ministro J. B. M. Hertzog

Estas son imágenes que familias negras trabajadoras o de clase media encargaron, pidieron o sancionaron tácitamente. Los familiares fallecidos las han dejado atrás, a veces cuelgan en las oscuras paredes de los salones de las casas de los distritos segregados. En algunas familias son codiciadas como tesoros, desplazando a los tótems en las narrativas discursivas sobre la identidad, el linaje y la personalidad. Y porque, para algunas personas, las fotografías contienen la “sombra” del sujeto, son cuidadosamente protegidas de la mala influencia de brujos y enemigos. En otras familias son destruidas como basura durante las limpiezas de primavera por sus interrupciones de la continuidad o la desafección con los significados que encapsulan y la historia de las imágenes. Más a menudo permanecen ocultas hasta que se pudren por negligencia en armarios, cajas de cartón y bolsas de plástico.

Santu Mofokeng. The Black Photoalbum / Look at me series, 1997. Courtesy of the artist

Si las imágenes no son únicas, los individuos que están en ellas lo son. Pictóricas en su estilo, evocan artificios de la fotografía victoriana (en su mayoría). Algunas pueden ser ficción, la creación de un artista en lo que concierne al escenario, el atrezo, la ropa o la pose. Sin embargo no hay evidencia de coerción. Cuando las miramos, creemos en ellas, porque nos hablan un poco de cómo se imaginaban esas personas. Vemos estas imágenes en los términos que sus propios sujetos determinaron, porque las hicieron propias.

Santu Mofokeng. Moeti and Lazarus Fume. Photographer: Unknown, The Black Photoalbum / Look at me series, 1997. Courtesy of the artist

Pertenecen y circulan en el ámbito de lo privado. Esa es la posición que ocupaban en el territorio de lo visual, en el siglo XIX. Nunca fue su intención ser colgadas en galerías como obras de arte. Su significado permanece fuera de la imagen enmarcada. Fueron hechas en un periodo de la historia en el que el estado sudafricano se afianzaba y las políticas hacia aquellas personas que el gobierno designaba como “nativos” se articulaban. Era una época hipnotizada por las recientemente descubiertas ciencia de la vida como la antropología, fundada en el darwinismo social. Un tiempo que dio nacimiento a todo tipo de “expertos” (tan queridos por los políticos) que podían ser llamados para aportar “conocimiento experto” sobre un gran número de temas incluyendo los asuntos de raza.

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