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Susan Meiselas

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Susan Meiselas. National Guards taken prisoners of war in Sebaco, Nicaragua series, 1979. Courtesy of the artist, Magnum Photos and Contacto, Madrid.

Bajo un sol sangriento

Ella es una de las pocas mujeres asociadas de pleno derecho de Magnum (desde 1980). Y entre las cosas que hemos aprendido con ella es que ser una mujer no cambia nada. Cuando miras el horror, la muerte, el sufrimiento, ser mujer no importa, aunque vayas armada con una cámara fotográfica. Susan Meiselas (Baltimore, 1948, EE.UU.) es una de las mejores, nos ha llevado de la mano al mundo de las strippers, al oscuro y un tanto naïf territorio del sadomasoquismo, pero sobre todo, nos mostró algunas de las imágenes más terribles que una revolución puede generar. Todas las guerras son iguales, todas las revoluciones son iguales. Muerte sólo hay una, pero las caras, el paisaje, el clima, las ropas cambian. Lo que no cambia es el horror en las caras, el miedo en los ojos. Nicaragua en los 70, la revolución de liberación Sandinista desemboca en una guerra civil, muertos, desplazados, desaparecidos, niños, mujeres y hombres que ya nunca serán los de antes porque han vivido el horror absoluto, a la muerte, al dolor, el mundo cambió a su alrededor, y eso es lo que Meiselas supo mostrarnos en estas imágenes y en muchas otras: otra cara del miedo, la misma pero esta vez con rasgos latinos, un miedo más rural, de machete y dictadura tercermundista, nada sofisticada. Los detalles son importantes. Y aunque ese grupo de hombres tienen la misma mirada que veíamos en las fotos que Lee Miller hizo en la Alemania vencida, al entrar en los campos de exterminio y retratara a los guardias y personal nazi detenido, una mirada donde asoma un miedo similar, aquí los detalles definen otro lugar, otra época, otros métodos. La misma muerte, el mismo miedo de todos. Las mismas madres huyendo con sus hijos que vimos en Vietnam, pero ahora son latinas y hablan español. Son los detalles.

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