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Cindy Sherman

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Detalle de: Cindy Sherman. Untitled #373, from the Bus Riders series, Courtesy of the artist and MNCARS, Madrid.

Bus Riders, 1976

Ella lo tenía claro desde el principio. Es poco frecuente ver una trayectoria tan nítida, tan definida desde las primeras fotografías. Cindy Sherman (Glenn Ridge, EE.UU., 1954) ha desarrollado toda su ya larga carrera en torno a su presencia, pero no se trata de un trabajo sobre el retrato, ni sobre su propia representación. Ella ha usado su cuerpo y su cara para dejar de ser ella y ser muchas y muchos, ser otros. Para tratar el tema de las mujeres maltratadas y de la violación, para criticar la publicidad de lujo, para hablar de sexo, de deshumanización, de los personajes de la historia del arte… Para todo, la herramienta básica desde la que se desarrolla la obra es su propio cuerpo. Ella misma. Cuando en el año 2000 imprime y expone por vez primera en el circuito artístico sus primeras fotografías realizadas como trabajo escolar, Bus Riders, en 1976 (cuando Sherman tenía 21 años), se comprobó que efectivamente nada era casual, que todo venía ya pensado; que era, más que un estilo, una estrategia.

Es un trabajo escolar, claro, original, diferente, sin prejuicios

En Bus Riders, cuya traducción al español es “pasajeros de autobús”, o “usuarios de autobús” (aunque yo veo más acertado lo de “jinetes de autobús”), lo que encontramos es a una joven Cindy Sherman transfigurada en ejemplos de todas las tipologías de sus compañeros de autobús en sus viajes desde su casa a la escuela, al centro de la ciudad; de esas legiones de ciudadanos que usan el transporte público en una gran ciudad. Desde el ama de casa que viene de hacer la compra, hasta el ejecutivo o vendedor de bajo nivel que va con su maletín, la colegiala de uniforme abrazada a sus libros, el chaval que se sienta con las piernas abiertas, la mujer que trabaja limpiando casas u oficinas, la rubia que masca chicle mientras escucha música con audífonos… Pequeñas fotos en blanco y negro en las que Sherman se disfraza, se convierte en otras personas, de una manera directa, rápida, brutal. Ella, sentada de frente a una cámara que estará en un trípode, con el cable del disparador visible. Detrás, una pared blanca, seguramente de madera, en algún almacén, en cualquier sitio. Sin delicadeza, casi agresivamente, aquí no se busca la belleza, ni siquiera la realidad, menos aún el chiste o la crítica. Es un trabajo escolar, claro, original, diferente, sin prejuicios.…

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