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Shahria Sharmin

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Shahria Sharmin. Call Me Heena, 2012‑ongoing. Courtesy of the artist.

Call Me Heena

Hijra, un término de Asia del Sur que no tiene un equivalente exacto en la taxonomía occidental moderna de género, describe a una persona a quien al nacer se asignó hombre o intersex pero cuya identidad de género es femenina y termina adoptando roles de género femeninos. Las hijras, mal catalogadas a menudo en la literatura como hermafroditas, eunucos o transexuales, pueden englobarse bajo el término genérico “trans”, pero muchas prefieren el término “tercer género”.

Tradicionalmente, las hijras ostentaban una posición semisagrada y se las contrataba para cantar, bailar y bendecir a parejas de recién casados o a recién nacidos en fiestas en las casas. Las ganancias se juntaban mediante el sistema de gurús, por el que las hijras juran lealtad a un gurú y se someten a las reglas del grupo a cambio de seguridad económica y social. A las hijras, procedentes de diversos contextos sociales y familiares, les une a sus grupos un profundo sentido de pertenencia. Generan intimidad con lo que les rodea, su comunidad y sus nuevos hogares. Esos grupos les procuran la protección de una familia y la calidez de las relaciones humanas. Pero, en el mundo actual, fuera de sus grupos, las hijras sufren discriminación y desprecio en casi todos los ámbitos. Pocas hijras consiguen tener una vida normal. No tienen colegio en el que estudiar ni templo en el que rezar ni tampoco hay gobiernos ni organizaciones privadas dispuestos a contratarlas. No tienen acceso al sistema jurídico ni tampoco los profesionales sanitarios las ven con buenos ojos.

Shahria Sharmin. Call Me Heena, 2012‑ongoing. Courtesy of the artist.

Yo crecí en Bangladesh, bajo la influencia de los prejuicios y estereotipos predominantes sobre las hijras. Como casi todas las personas de mi sociedad, crecí considerándolas infrahumanas. Sus costumbres, su forma de vida e incluso su apariencia las señalaban como diferentes y anormales, como un testimonio vivo de aberración biológica. Hasta que conocí a Heena, que me mostró lo equivocada que estaba. Heena me abrió su vida y me ayudó a conocer a las demás integrantes de su comunidad como las madres, hijas, amigas y amantes que son.

Call Me Heena es un proyecto autofinanciado que inicié a principios de julio de 2012 y que sigue en marcha. Es mi intento por mostrar la belleza de la vida de las hijras, pese a las dificultades y la discriminación que sufren.…

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