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Sergey Bratkov

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Sergey Bratkov. Italian School series, 2001. Courtesy of the artist.

Niños-victimas

Empecé a fotografiar niños porque no tuve hijos propios. Mi primer matrimonio fracasó después de años de experiencias en una clínica de fertilidad municipal. El otoño de 1995, estaba mal de dinero y deprimido en casa, cuando un conocido me propuso que alquilara mi piso a una pareja americana que se había mudado a Kharkov para adoptar a un niño. Y así fue como aparecieron mis primeras fotografías de niños: críos que salían corriendo de un orfanato gritándome “¡Papá! ¡Papá!”. Pronto hice mis primeras puestas en escena fotográficas sobre niños: Bedtime Stories. Cada foto representaba un sangriento cuarteto como: “Los niños jugaban a hospitales en el sótano –el electricista Sinitsyn murió de parto, pobre macho”. Los chavales coreaban esos versos anónimos hasta que fueron la única representación del género de horror de la URSS. Pero a principios de los 90 empezaron a convertirse en realidad. El reparto de la propiedad llevó a los niños a la comunidad del crimen. Y a menudo se convirtieron en su parte más cruel.

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Sergey Bratkov. Birds series, 1997. Courtesy of the artist.

Una noche me crucé con ellos en una calle oscura. Este accidente acabó en el hospital para mí. Kids1 (2000) es una serie sobre niños-victimas. A petición de sus padres hice fotografías para la primera agencia de modelos infantiles en Kharkov. Las madres peinaron y maquillaron a sus hijas según sus propias ideas. Una sexualidad adulta emanaba de estas niñas sobre-maquilladas: yo simplemente les había pedido que representasen lo que hacían sus padres en su tiempo libre. Cuando se expusieron estas dos series, la prensa me acusó de promocionar el abuso infantil y la pedofilia. Esa fue la única vez en mi vida en la que mi arte cambió algo: a raíz de ello la policía tomó medidas serias contra los pederastas.

La victima y la reparación explícita fueron los temas de mi siguiente obra: Italian School (2001). El centro de ocupación de niños era una institución de tipo penitenciario cerrada y sólo pude acceder a ellos haciéndome pasar por un cura americano. Allí era donde los niños detenidos por crímenes menores como robo, prostitución y vagabundeo eran recluidos. Organicé la puesta en escena de una actuación de temas bíblicos en el patio. De inmediato, un niño trepó por un árbol y salto por la valla de tres metros.…

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