Retrato de familia, documento social
Retrato de familia, documento social La fotografía no solamente se construye con el tiempo, sino que se transforma según ese tiempo va cambiando y transformándose. Lo que ayer fue simplemente una foto de familia, un recuerdo de una boda, un nacimiento, una imagen para recordar algún evento privado, con los años se convierte en un documento histórico, antropológico, social. Desde el nacimiento de la fotografía en 1824 surgen estudios de fotografía por todo el mundo, estudios que se dedicaban a la realización de retratos de particulares, de bodas, bautizos, reuniones familiares… que fueron de alguna manera “privatizándose” con la paulatina democratización de la fotografía. Cuando cada familia ya tenía al menos una cámara de fotos los estudios fueron desapareciendo hasta su casi absoluta extinción.
Cuando en 1890 Rutilo Patiño nace en Jaral del Progreso, un pequeño pueblo agrícola de Guanajuato, la fotografía es todavía una novedad, algo que no es tan común entre la ciudadanía. El estudio fotográfico que abre Patiño, después de diferentes intentos empresariales y aventureros, supone una novedad en la zona. Por allí pasarían las familias ricas, las mas importantes del lugar, pero también las de las clases más populares, jóvenes parejas que iniciaban con un hijo la repoblación de un nuevo siglo, y madres cargadas de hijos, pero sin un hombre a su lado. En su momento cada foto significó un suceso privado, una necesidad de inmortalizar (burlando el paso del tiempo) cualquier situación familiar, una despedida, un cumpleaños, ya no lo podremos saber con certeza nunca. Pero ese tiempo que se pretendía burlar también ha burlado a las imágenes, que hoy se alejan de cualquier esfera de privacidad para convertirse en un documento social, histórico, antropológico, de un tiempo y de una sociedad en concreto, de un lugar determinado y de un tiempo ya lejano.
En su momento cada foto significó un suceso privado, una necesidad de inmortalizar (burlando el paso del tiempo) cualquier situación familiar, una despedida, un cumpleaños
Sus fotos nos hablan no solo de lo que vemos (familias indígenas vestidas con sus mejores ropas, niñas de alta sociedad, grupos familiares que incluyen abuelos, hijos y nietos en los jardines de la residencia de las casas ricas, grupos de obreros, de excursionistas…) sino de aquello que no se cuenta: la soledad de esas mujeres, niñas cargadas con varios hijos, envejecidas por el trabajo del campo, de la ausencia de un hombre, del padre, en la gran mayoría de los retratos de familias pobres, del campo.…
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