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Roger Ballen

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Roger Ballen. Deathbed, 2010. Courtesy of the artist.

Un lugar apartado

La fotografía de Roger Ballen nos habla de un viaje. Un viaje que nos lleva a un lugar apartado. En el caso de Ballen, desde Nueva York (donde nace en 1950) hasta Johannesburgo, en Suráfrica, donde vive desde 1970 y donde ha realizado toda su obra fotográfica. En los suburbios, en pueblos rurales, marcados por su historia, que han perdido los privilegios del apartheid, en lugares que limitan entre la realidad y lo increíble, Ballen ha realizado otro viaje: desde el documentalismo a la creación no sólo artística sino psicológica. Son fotografías esencialmente psicológicas que nos hablan de la zona de sombras de lo humano. Allí donde se cruza con los miedos, con la naturaleza, con lo animal, con lo que llevamos escondido en nuestro interior. El resultado de esa búsqueda son imágenes que nos impactan fuertemente, social y psicológicamente.

Illustration
Roger Ballen. Predators, 2007. Courtesy of the artist

Ballen construye unos tableaux vivant a partir del lugar, de los objetos, de los animales y de las características de los personajes, un lugar que decora teatralmente con dibujos, hasta tal punto que realmente no sabemos que es lo que estamos viendo. Nuestra imaginación reconstruye espacios aislados, donde conviven personas y animales entre la vida, la muerte y el aislamiento. De una belleza terrible, nos desconciertan y nos perturban, nos atraen y nos repelen con igual fuerza. Estas imágenes nos hablan de un miedo interior, de la soledad y del aislamiento, del acercamiento a la locura, a la indefinición de ciertas partes de lo humano que se convierten en animal, y de la presencia de los animales como una compañía perturbadora y cotidiana. Un trabajo que conmueve por su absoluta diferencia y por la profundidad del abismo al que nos asoma.

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