Picture Show. Entrevista con James Casebere
Sabemos que las cosas no son siempre lo que parecen. Somos observadores racionales capaces de percibir la diferencia entre realidad y ficción, realidad e ilusión. Y aun así, tan a menudo nos seduce el placer de mirar que suspendemos voluntariamente la incredulidad como si quisiéramos llegar a un acuerdo entre lo que sabemos que es verdad y lo que deseamos que sea real.
No sorprende, por tanto, que la aparición de la fotografía, como uno de los medios más influyentes de comienzos de la era modernista, fuera el resultado directo de una preocupación por el papel del observador, en concreto por la percepción humana. Como modelo de la visión humana, los procesos mecánicos de la cámara, más que introducir cambios fundamentales en los modos de representación establecidos, supusieron un cambio radical en los medios de reproducción pictórica y tuvieron un impacto duradero en la propia percepción. A medida que la cámara se fue volviendo más sofisticada, la imagen fotográfica alcanzó un nivel de simulación técnica sin precedentes, complicando nuestra capacidad para distinguir entre semejanza y representación. Con el tiempo, la fotografía pasó a ser sinónima del realismo y a estar tan valorada por su capacidad para “captar un momento auténtico” que la veracidad de la imagen fotográfica pocas veces se pone en cuestión, ni siquiera hoy en día.
El legado duradero de la fotografía, por no hablar de la inmensa influencia del cine narrativo, aporta un terreno fértil para aquellos artistas que llegaron a la mayoría de edad durante la explosión massmediática de la segunda mitad del siglo XX. Durante los últimos treinta años, un nuevo género de fotografía ha desafiado todas las suposiciones sobre la imagen fotográfica, en concreto la de su capacidad para representar una realidad absoluta. Esta generación de artistas parte de que la fotografía no versa exclusivamente sobre “ver” sino más bien sobre interpretar lo que ellos han imaginado que es visible. Con préstamos de varias formas de los medios de masas, así como de otras formas artísticas como la escultura, el teatro y la arquitectura, utilizan diversas técnicas para poner en escena lo que parece ser un momento fugaz captado por la cámara y que, sin embargo, acaba mostrándose como una fantasía disfrazada de realismo pictórico.
Desde mediados de los años 70, James Casebere ha fotografiado maquetas del tamaño de un tablero de mesa.…
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