Close | Detalle
¿Puede un primerísimo plano, donde las formas son casi irreconocibles, transmitir emoción? Parece que sí, o al menos así parecen insinuar las fotografías de Pernilla Zetterman. Sus distintas series desdibujan casi siempre, de alguna manera, la figuración propia de las imágenes fotográficas a favor de primeros planos casi abstractos. En su serie Close, el mundo ecuestre queda reflejado de una forma diferente, moviéndose entre la emoción de la intimidad con el animal y la frialdad de los instrumentos que se usan en equitación. En una de las imágenes, el fondo negro devuelve con fuerza el ojo del caballo; en otra, las bridas son símbolo de lo salvaje y el deseo de control. Close habla precisamente de una experiencia vivida en primera persona por Zetterman y trata de posicionarnos ante la disyuntiva de lo que nos emociona y la fascinación humana por la disciplina. Esta serie muestra, en todas las fotografías, el control humano y el ejercicio de poder sobre el animal, que Pernilla Zetterman intenta superar a través del contacto directo, del primer plano, de la emoción y la vida que el caballo transmite. Esta ambivalencia es más evidente al fijarnos en el contraste entre la calidez animal y la frialdad de los instrumentos, todos sobre ese fondo negro; uno y otro son bodegones pero revelan sentimientos distintos, incluso encontrados.
El trabajo en torno a su biografía es un tema constante en Zetterman, en un intento por indagar en su propia personalidad, como un ejercicio terapéutico. Los detalles más ínfimos se convierten en su trabajo en mínimas declaraciones de lo que se esconde detrás; así, el pelaje brillante o la dentadura del caballo pueden hablar de la necesidad humana por controlar al otro, animal.
Este artículo es para suscriptores de ARCHIVO
Suscríbete