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Paul Smith

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Paul M. Smith. Make my night, 1998. RA4 colour prints, aluminium mounted, 71 x 102 cm. Cortesía The Saatchi Gallery, London

El juego, la diversión, un cierto sentido de broma, está presente en la obra de Paul M. Smith desde el origen de cada proyecto. Pero a veces ese aspecto divertido impide ver más allá de la superficie de las imágenes, igual que las tecnologías digitales son también expresión de una actitud concreta, aunque a veces esta intención parece perderse en sí misma, en las mismas posibilidades técnicas. Smith comparte con muchos de sus contemporáneos la idea de multiautorretrato, de ser él mismo todos los personajes. Sólo un paso más delante de la intención autobiográfica de la obra de Claude Cahun, Cindy Sherman o Morimura. Pero ahora el fotógrafo ya no es el protagonista único de cada retrato, de cada imagen, ahora es todos los participantes en todas las fotografías: todos los miembros del grupo, todos los soldados del regimiento, todos los participantes en la fiesta. Esta forma de representar al mundo, poblado de seres clónicos, enlaza directamente con parte de la problemática de la sociedad actual, obsesionada por los problemas de reproducción genética, la masificación y la globalización, y atenazada por un concepto del yo cada vez más exagerado.

La ironía está presente en todas estas series, así como la libertad pues a la hora de trabajar el tratamiento digitalizado procura al artista una vuelta al taller que le acerca un paso más a la tipología creativa del pintor. La época del plenairismo fotográfico parece que llega a su fin.

En estas series de fotografías que recogen formas de celebración y fiestas particulares, Smith opta por la celebración personalizada, el evento a celebrar no se hace patente, es evidente que unas veces son celebraciones particulares de jóvenes de hoy, pero no sabemos si se celebra el fin de curso, un cumpleaños o un fin de semana más. Lo más importante es la expresión social de esta diversión, la parodia de una tradición fotográfica que es transgredida sistemáticamente y la animadversión explicita a las buenas formas sociales que se personalizan en las formas juveniles de diversión.

Aquí la alegría y la fiesta individual son el eje central.…

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