Frontera
Cuando vemos el territorio a vista de pájaro, por encima de nuestras posibilidades naturales, es cuando comprendemos su magnitud y su belleza. Y también la enorme dificultad de dominarlo, de conocerlo, de trascurrir por él. López Luz nos muestra cómo las carreteras dibujan la presencia del hombre sobre las montañas, sobre la piedra, cómo se crean líneas imposibles en la superficie de la tierra: los caminos que nos facilitan lo imposible. Pero son esos mismos caminos los que limitan nuestras posibilidades. Cuando las carreteras se convierten en fronteras. Cuando esos caminos son los que limitan nuestra capacidad de llegar a algún sitio.
El proyecto Frontera reúne las imágenes de miles de kilómetros de carreteras que separan los territorios de México y de Estados Unidos, y vemos en estas imágenes cómo esa división entre países es tan absurda como las líneas que trazamos sobre el barro con un palo. La naturaleza, a un lado y al otro de esas líneas caprichosas, escurridizas, volátiles, sigue siendo igual, el mismo, con la misma belleza y la misma dureza. La naturaleza no entiende de más fronteras que los ríos y los acantilados, las montañas y los valles. Y más allá de esa clara postura política, estas imágenes le sirven tamvbién a López Luz para reflexionar sobre la relación entre el hombre y la naturaleza, de cómo alteramos el territorio con nuestras necesidades, y de cómo cualquier obra de los hombres apenas son arañazos en la superficie de la tierra.
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