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Nigel Shafran

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Nigel Shafran. Supermarket Checkouts, 2005. Courtesy of the artist.

Las escaleras mecánicas y los supermercados de Nigel Shafran1 Fragmento de Partial Eclipse, un texto de David Chandler escrito originalmente en 2014..

El fotógrafo Nigel Shafran vive en una casita victoriana que forma parte de una pequeña hilera de casas adosadas apartada de Harrow Road, una vía principal del oeste de Londres, en cuyas inmediaciones se halla el majestuoso y melancólico cementerio de Kensal Green. Bajo la casa de Shafran —tan cerca que la estructura vibra en armonía con los sonidos y movimientos que se producen debajo— se encuentran los profundos pozos y túneles de la red ferroviaria londinense por la que circulan a toda velocidad los trenes con origen o destino en Birmingham y donde se escucha a todas horas el pesado traqueteo de los de la línea Bakerloo. Un poco más allá, al otro lado de las lápidas y los monumentos del cementerio, gime en armonía el eco de la Great Western Railway de Brunel.

La casa, construida en 1864, parece vinculada de una forma tremendamente tangible a la inmensa máquina de la ciudad y sus transformaciones históricas: forma parte de su herencia industrial, su narrativa arquitectónica, su comercio, sus esquemas de trabajo y el continuo y jadeante movimiento de su población. El acuciante peso de esas condiciones es el marco de las operaciones más delicadas del mundo particular del interior de la casa, que, aproximadamente en los últimos catorce años, ha protagonizado la obra de Shafran, tras la que siempre ha subyacido el intento de crear una vida singular, una sensación de originalidad, un cierto orden a partir del caos potencial.

Desde sus primeras fotografías, Shafran se ha guardado de la “pomposidad”, siempre atento a los hechos que tenía delante y deseoso de mantener despejados los canales de observación directa. Pero en su obra reciente esos principios han adquirido una relevancia aún mayor. Ahora es más probable que se preserven intactas, como la propia obra, las formas de la fotografía doméstica habitual a las que, igual que todos nosotros, Shafran siempre se ha dedicado, así como la “toma de notas” visual, igual de cotidiana, que quizás albergara alguna vez la germinación de una idea. Para Shafran, esto entraña una comprensión cada vez mayor de que la esencia de su obra no reside en las cualidades artísticas singulares de la imagen resultante, sino en los detalles particulares de lo que fotografía y en la idea que ello encarna, así como en la motivación para tomar la fotografía y su proceso de realización.…

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