Lost & Found Project
Hasta el 11 de marzo de 2011, todas las fotos que tenemos hoy aquí estaban en casa de alguien. Después del terremoto, un enorme tsunami arrasó con las casas y con todo lo que había dentro. Las poblaciones costeras quedaron enterradas bajo los escombros. Coches, ropa, neveras, álbumes de fotos: el agua se lo tragó todo y lo redujo a basura mientras la gente miraba estupefacta.
Cuando concluyó la búsqueda de supervivientes y la atención se centró en las labores de limpieza, las fuerzas de Autodefensa, los bomberos y los policías que estaban en To¯hoku para ayudar a los supervivientes empezaron a recoger las fotos que se encontraban en el barro y a guardarlas en el gimnasio de una escuela primaria. Nadie les pidió que lo hicieran ni tampoco ellos tenían muy claro cuál era su objetivo. Quizá simplemente estaban desesperados por encontrar algo que salvar de entre los escombros. Con el paso del tiempo, el gimnasio empezó a llenarse de fotografías rescatadas.
Dos meses después del terremoto, un grupo llamado “Memory Salvage” (Salvamento de la memoria), radicado en Yamamoto-cho¯, prefectura de Miyagi, empezó a organizar las fotos y a prepararlas para devolvérselas a sus dueños. Las imágenes fueron limpiadas y digitalizadas por voluntarios llegados de Tokio y otras partes de Japón. La cifra total de fotos ascendía a 750.000. Se prestaron voluntarias para el proyecto más de 1000 personas, que devolvieron a sus dueños más de 400.000 fotografías. El proyecto sigue en marcha.
El estado de las imágenes variaba: algunas estaban relativamente limpias y otras tan deterioradas que resultaban irreconocibles. Algunas de las fotografías que se ven aquí estaban tan corroídas por las bacterias que no pudieron limpiarse ni, por lo tanto, devolverse. Con esas imágenes, que se guardaron en una caja llena de “casos perdidos”, fundamos “The Lost & Found Project” para llegar a personas que vivieran en regiones remotas, mostrar estas fotos, contar nuestras historias y recaudar fondos para los supervivientes del tsunami. Estas imágenes dan una idea visceral de la presencia de las personas y de sus vidas en las fotos; algo que no pueden transmitir las noticias de prensa, los vídeos ni las cifras de fallecidos. Estas fotos también muestran la delicadeza con la que las trataron todas esas personas que las rescataron y las limpiaron.
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