Por qué trabajo con animales
Empecé a trabajar con animales en los parques de Londres. Al principio me interesaba que vivieran en un área urbana y estuvieran sometidos a las mismas condiciones de vida que nosotros. También que de alguna forma, hallan alterado su conducta para adaptarse a nuestra forma de organizar y transformar el mundo bien porque viven en este paisaje urbano o bien por la forma más radical de domesticar su forma de vida hacia comportamientos en los que nos proyectamos a nosotros mismos. En este grupo se incluían desde los pájaros y ardillas que encontraba en los parques urbanos, hasta animales domésticos como caballos y vacas de establos próximos a los aeropuertos, pasando por un rinoceronte que encontré en un circo de un suburbio de Rotterdam. Al reunir estas dos condiciones me permitían reflexionar sobre nuestra forma de ser y actuar de manera indirecta. Considerar a los animales como nuestro alter ego me ofrecía abordar con cierta distancia el estudio del ser humano que era de lo que en definitiva me he estado ocupando en los últimos proyectos. Estos animales que incorporan ciertas pautas de conducta impuestas por nosotros me devuelven al observarlos un conocimiento sobre nosotros mismos al tiempo que podemos ver parte de los impulsos que nos gobiernan de una forma mas sencilla y clara.
Ahora que estoy en la Antártida, el último continente que se incorpora a nuestro mundo mapeado y donde la presencia del hombre es aún muy escasa, me encuentro con quizás los únicos animales salvajes que aún no han tenido tiempo de desarrollar en su comportamiento instintivo pautas de relación con los humanos para sobrevivir o compartir el territorio. Una situación que me obliga a replantearme el concepto de que el mundo es ya un paisaje totalmente construido y que la naturaleza como alteridad ha dejado de existir para convertirse en el jardín de nuestra civilización. Es cierto, que no es totalmente virginal, que aparte de formar parte de una de las visiones más seductoras del imaginario colectivo a través de la información que de ahí nos llega, estas especies tuvieron que sobrevivir primero a la caza masiva de principios de siglo y que ahora deben enfrentarse a los efectos colaterales de nuestro mundo industrializado, a la presencia de bases militares y científicas y al trajín de una industria incipiente de barcos turísticos.…
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