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Mauricio Maillé

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Detalle de: François Aubert. Camisa del emperador Maximiliano de Habsburgo. Queretaro, Mexico, 1867. Courtesy of Colección y Archivo de Fundación Televisa.

El 19 de junio de 1867 en el cerro de las Campanas, ubicado en la periferia de la ciudad de Querétaro, fue ejecutado Maximiliano de Habsburgo, Emperador del Segundo Imperio Mexicano. Siete jóvenes sargentos detonaron sus rifles Springfield fabricados en Harper’s Ferry, Virginia, Estados Unidos sobre el pecho del Emperador. El fotógrafo francés François Aubert (1829-1906), después de presenciar la ejecución, documenta minuciosamente tanto el cadáver del emperador como sus ropas ensangrentadas. Entre estas imágenes destaca la camisa de Maximiliano, suspendida por dos clavos de manera casi fantasmagórica y perforada por los impactos de bala, colgada de manera improvisada en el marco de una ventana. Cubierta de arrugas, parece trazar una cartografía donde ausencia y presencia coexisten; un mapa de vida en los pliegues, que contrasta con la cruda memoria del instante del fusilamiento.

Esta imagen mortuoria realizada en México, se suma a una extensa serie de registros históricos que dan testimonio de la violencia en nuestro país.

Illustration
François Aubert. Camisa del emperador Maximiliano de Habsburgo. Queretaro, Mexico, 1867. Courtesy of Colección y Archivo de Fundación Televisa.

Esta imagen mortuoria realizada en México, se suma a una extensa serie de registros históricos que dan testimonio de la violencia en nuestro país

Hoy, en el año 2019, a más de un siglo y medio después de haberse realizado el disparo fotográfico de Aubert sobre los restos del emperador, los asesinatos se multiplican por montones en nuestro país, quedando en su mayoría impunes. En tan dramática situación pareciera que no hay suficientes fotógrafos para documentar esta tragedia. Y por el contrario, el acceso a las sofisticadas y lujosas armas provenientes de los Estados Unidos que cruzan la frontera sin el menor control por parte de las autoridades, sigue resultando cosa fácil.

Nos faltan años de unidad y reconciliación para seguir excavando en las miles de fosas clandestinas para liberar de la oscuridad los restos de cuerpos que merecen tener memoria.…

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