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Mathieu Pernot

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Mathieu Pernot. Les Migrants, 2009.
Mathieu Pernot. Les Migrants, 2009. Courtesy of the artist.

El paño sagrado

La obra fotográfica de Mathieu Pernot (Fréjus, Francia, 1970) se suele encajar en el capítulo de “nuevo documentalismo”. Su interés por el individuo que habita en esas zonas periféricas, más cercanas a la marginación y a la exclusión que a la vida establecida como normal en las ciudades modernas, es un común denominador de muchas de sus series: niños gitanos, emigrantes, parias del siglo XXI. Sin embargo, su mirada a esta parte de la sociedad no es la habitual, sino que está marcada por una huella que podríamos pensar que deriva de sus estudios de la historia del arte. Sus imágenes, aisladas de su contenido social, mantienen unos elementos intrínsecos, estructurales, que les conceden una vida, un interés paralelo. En este caso nos centramos en la serie Les Migrants (2009), en la que retrata a personas que duermen en las calles de la ciudad. Cuerpos abandonados en la soledad de una acera, del asfalto, cubiertos por trapos, colchas, paños de tela indescifrables. Lo que vemos nos refiere directamente a las esculturas mortuorias, al Cristo cubierto por la Sábana Santa, a esas figuras cubiertas por unos paños de mármol que rematan los panteones más lujosos de los cementerios. Cuerpos yacentes, muertos que descansan, por fin, cubiertos, aislados del exterior. Los volúmenes de los cuerpos suavizados por los paños que los cubren convierten a estos migrantes en simples bultos, en formas anónimas. Su presencia define la esencia de lo que es una escultura.

Mathieu Pernot. Les Migrants, 2009. Courtesy of the artist.

La escultura reúne dimensión, masa, volumen, superficie y tiempo, porque al contrario que observar una pintura, a la escultura se la rodea, y se la puede observar desde diferentes puntos de vista.

Mathieu Pernot. Les Migrants, 2009. Courtesy of the artist.

Giorgio Vasari en su prólogo a Le vite de’ più eccellenti pittori, scultori e architettori (1550), apunta: “[…] el escultor saca todo lo superfluo y reduce el material a la forma que existe dentro de la mente del artista”. La escultura reúne dimensión, masa, volumen, superficie y tiempo, porque al contrario que observar una pintura, a la escultura se la rodea, y se la puede observar desde diferentes puntos de vista. La fotografía convierte a la escultura en una imagen que solo se puede observar como una pintura. Desde un solo lugar. Y elimina las características esenciales de la escultura: sin masa, sin volumen y sin tiempo, pero lo que vemos es una escultura.…

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