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Manuel Vilariño

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luz

Manuel Vilariño. Lejano Interior #23, 2008. Courtesy of the artist.

Sentir, pensar, fotografiar

Sentir, pensar, fotografiar; a través de montañas y océanos, en su límite o mitología, de alguna manera, configuran mi visión, mi itinerario poético y vital.

Thoreau me enseñó a caminar en la naturaleza o a habitar el bosque como lugar de interioridad y compromiso.

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Manuel Vilariño. Volcán I, A la aurora series, 2005. Courtesy of the artist.
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Manuel Vilariño. Volcán I, A la aurora series, 2005. Courtesy of the artist.

Caminar hacia la montaña o el mar, ir a buscar el lugar intacto o el desierto, supone adentrarse en lo oscuro y quedarse a solas con su enigma.

María Zambrano me habló de los secretos de la visión y de la aurora, del vacío y la belleza y de que toda obra está vinculada a los sueños y el tiempo.

Fotografiar la naturaleza con luz auroral o mirar el paisaje con los ojos del animal, significa, tal vez, el encuentro con la imagen indecisa. Y mirar por las rendijas del horizonte de la noche, intersección de lo visible y lo invisible nos invita al silencioso palpitar de la fotografía.

El paisaje, una breve emoción en el camino.

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Manuel Vilariño. La deshabitada, 2008. Courtesy of the artist.

Aventurarse a lo salvaje, a lo abierto, implica una apertura, riesgo a lo desconocido donde no existen los caminos, únicamente el misterio de las imágenes. Y la intemperie sugiere espacios inaugurales en los que sólo es posible la mirada intemporal. En estos espacios la melancolía crece dentro de mí.

Algún animal escucha, algún animal avisa.

También Zambrano me habló de la soledad de la creación y de los claros del bosque, no sólo como conocimiento sino como experiencia espiritual. Esa es la luz que guía mi existencia.

En ese sentido mi estudio es un claro del bosque.

De la misma forma considero esencial a Olivier Messiaen para comprender el lenguaje de los pájaros o para comunicarnos con lo divino.

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Manuel Vilariño. Lejano Interior #28, 2008. Courtesy of the artist.

Música, poesía, fotografía, un todo indivisible, en secreta complicidad, eternamente vinculadas a mi equipaje vital. La extrema escucha o el silencio, considero que son una fuente ilimitada de revelación, abrirse al mundo y privilegian la experiencia de la imagen.

Y por supuesto, el canto del pájaro o poetizar silencios, sentir la luz, laten en mi corazón, y de alguna forma inesperada se manifiestan en mis fotografías.…

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