Schlafquartier
Aunque Alemania es uno de los países más ricos del mundo, casi el veinte por ciento de la población sufre pobreza o exclusión social. Además de los acontecimientos socioeconómicos y de los problemas biográficos e individuales que explican que haya personas sin hogar, el alquiler lleva años subiendo de manera constante en las grandes ciudades y ya no resulta asequible para buena parte de la ciudadanía. Asimismo, estamos excluyendo sistemáticamente de nuestras estructuras sociales a los ciudadanos inmigrantes de la Unión Europea.
Cada vez hay más gente sin techo y que termina en la calle. Desde 2008, la cifra de personas sin hogar se ha duplicado con creces: en Alemania, hoy en día, viven en la calle 41.000 personas.
Schlafquartier – Obdachlosigkeit in deutschen Großstädten, un proyecto en curso y de larga duración, trata sobre las personas sin hogar en las principales ciudades alemanas. El resultado es una representación sistemática y comparativa de los lugares donde resulta llamativa y recurrente la existencia de cada vez más personas sin hogar.
Siguiendo el principio de Christo de “ocultar para desvelar”, las anónimas esculturas surgen en un silencio extraordinario sin revelar rostro alguno ni rasgo identificativo, transmitiendo así universalidad. Esas “esculturas” definen su entorno y, al mismo tiempo, se definen por la localización en la que se inscriben.
Las personas sin hogar son personas que se han quedado fuera de la sociedad e intentan crear refugios en lugares públicos. Usando medios modestos, se construyen capullos con los que protegerse del frío del hormigón y de la brutalidad de las grandes ciudades. Las personas que duermen a la intemperie intentan adaptarse a su entorno lo más posible y crecen con él para crear nuevas arquitecturas orgánicas: los callejones, los bancos y los caminos de entrada rezuman vida y, al mismo tiempo, están tranquilos y en silencio, contenidos. Es el intento de fundirse con el entorno, de no destacar, de idealmente desaparecer por completo. Para la mayor parte de la sociedad, la gente que duerme en la calle también es invisible. Sin embargo, eso no se debe solo a un buen “camuflaje”, sino también a que a la sociedad le resulta más fácil no mirar y difuminar el sufrimiento en vez de echárselo sobre los hombros.…
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