post_type:dossier
Array ( [0] => 111001 [1] => 111003 [2] => 111005 [3] => 111007 [4] => 111009 [5] => 111012 [6] => 111014 [7] => 111016 [8] => 111021 [9] => 111023 [10] => 111025 [11] => 111027 [12] => 111029 [13] => 111034 ) 1
size_articulos_ids: 14
Current ID: 111029
Current pos: 12
Articulo anterior: Ana Palacios
Articulo siguiente: Carlos Sanva
prevID: 111027
nextID: 111034
anterior

Laia Abril

siguiente
All images: Laia Abril. Femme love, 2009. Courtesy of the artist.

Femme love

Entre billares, caricias, miradas de complicidad, risas despreocupadas y cervezas, el mundo, con toda su complejidad, a veces consigue desvanecerse. Es en el tacto de la toalla que Jenny recogió de la colada del domingo, y que descansa doblada para ella en la habitación; en los días que por fin dan comienzo entre las cuatro paredes del salón, cuando las farolas llevan largo rato alumbrando las calles; en la risa de Mox, que sucumbe en el sofá ante un aluvión de cosquillas en la mañana de un sábado; en la gota que también ella recoge, con sus labios, de la sandía que explota rebosante en la boca de Jenny. Brooklyn y su hogar elegido, con sus habitantes elegidas, parecen difuminar en ocasiones la realidad de una ciudad, y un mundo, en el que sus identidades, su amor y su expresión de género no terminan de ser reconocidas. Una ciudad que, hasta un par de años más tarde, no acogería legalmente la posibilidad de su unión.

Recién aterrizada en la ciudad, en el bar más popular entre los jóvenes neoyorkinos, dos chicas abordaron a Laia Abril: “¿Eres tú la del anuncio?”. En Craigslist, una página de anuncios de todo tipo, la artista puso la primera piedra para el proyecto que tenía entre manos. “Busco lesbianas”, pero nadie respondió. En aquel bar comenzaría una relación que se extendería durante meses, en los que Mox y Jenny abrirían las puertas de su intimidad y sus círculos afines a una joven Laia, que aprendió a observar y a esperar. La globalidad del proyecto inicial, una búsqueda sobre la feminidad en la joven comunidad lésbica neoyorquina, fue aterrizando en la cotidianidad, los cuidados y el cariño entre la pareja formada por ellas dos. Una vida construida con mucho esfuerzo, tras haber recorrido ambas largos y difíciles caminos emocionales hasta conseguir su felicidad actual.

Tras licenciarse en periodismo, Laia Abril (Barcelona, 1986) aterrizó en Nueva York con ganas de sumergirse en historias que ir descubriendo y desvelando a largo plazo. Liberada de encargos encorsetantes y deadlines apresurados, pudo por fin centrarse en los temas que quería investigar. Femme love, realizada en 2009, es la primera serie de la artista, donde la semilla de su carrera multidisciplinar, centrada en narraciones visuales documentales, crudas, íntimas e incómodas, empezó a desarrollarse. La investigación minuciosa y comprometida es parte fundamental de su práctica, construyendo imágenes que visibilizan las experiencias y los traumas derivados de la sociedad patriarcal imperante en Occidente.…

Este artículo es para suscriptores de ARCHIVO

Suscríbete