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Kevin Griffin

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Kevin Griffin. Wave Studies, 2000‑04. Courtesy of the artist.

Wave Studies

Aunque resulte sorprendente, un ser humano tiene muchas cosas en común con la inmensa extensión de los océanos del mundo. Vista desde el espacio, la Tierra parece el “planeta azul” y el 71 % de su superficie está cubierta de mares. De la misma forma, nuestros cuerpos tienen una proporción acuosa similar: el 90 % de la sangre y de los músculos está compuesto por agua. Antes de nacer, en el útero, estamos envueltos en líquido. Sin agua, la existencia humana es, simple y llanamente, imposible. Cuando respiramos y movemos nuestro cuerpo con suavidad, equilibramos y armonizamos el agua interna por medio de los tejidos y los conductos corporales que están llenos de agua, al igual que los mares y océanos se deslizan por la superficie de la Tierra.

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Kevin Griffin. Wave Studies, 2000‑04. Courtesy of the artist.

El atractivo de los océanos del planeta ha supuesto un desafío irresistible desde que los primeros navegantes partieron en busca de lo desconocido y descubrieron con asombro que las vías navegables del océano permitían circunnavegar el mundo. Aquel extraordinario avance condujo al comercio, tanto positivo como negativo, y a una conciencia mundial de la existencia de diferentes culturas, comida, religión, indumentaria y costumbres. Hasta el día de hoy, el reto de enfrentar sus limitadas habilidades contra las poderosas fuerzas de los mares sigue impulsando a la gente a emprender más y más iniciativas.

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Kevin Griffin. Wave Studies, 2000‑04. Courtesy of the artist.

La obtención de la imagen fotográfica, tal y como vemos en la serie de Kevin Griffin, resulta empoderadora

De la misma manera que nuestras vidas humanas se encuentran en un estado constante de flujo y cambio, a nivel tanto físico como emocional, los océanos están en movimiento continuo. El agua es el puente entre los campos físico y energético del sistema humano, el punto de contacto entre la matriz viva y la naturaleza. Cuando nos adentramos en el mar y cruzamos el puente, estamos más cerca de comprender la forma en que cada uno de nuestros movimientos auténticos afectan al clima del mundo. estamos más cerca de comprender qué auténticos movimientos nuestros afectan al clima del mundo. Las olas azotan el litoral en un ciclo sin fin y, en su constante batir, erosionan la tierra y las rocas. Las mareas, que se rigen por la atracción del sol y la luna, suben y bajan siguiendo un patrón rítmico y reconfortante.…

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