Fire
FUEGO es una expedición pirotécnica que reflexiona entorno a los significados del fuego en la historia cultural, la sociedad y el arte contemporáneo.
FUEGO es simultáneamente el material de trabajo, el proceso y el objetivo final tras el que subyace la mitología del fuego. Las llamas representan, por encima de todo, la psicología del miedo, yendo desde mis propios instintos primitivos hasta colocar a mi audiencia en esta experiencia crematoria, suspendidos entre el control y la pérdida de control.
FUEGO ofrece un estado emocional fuerte y un estado mental de negación del placer. Las imágenes oscilan entre la belleza y el horror, un momento catastrófico irrevocable. A pesar de que esta serie represente la pérdida, la desaparición y la destrucción total, FUEGO es inevitablemente una metáfora de la regeneración y el renacer. En definitiva, FUEGO trata fundamentalmente sobre lo sublime.
FUEGO muestra el espacio interior invadido por una fuerza alienígena, el fuego vivo, la llamarada que corre hacia el espectador. Los habitantes están presentes y ausentes al mismo tiempo en estos espacios a veces intactos, otras arrasados por el devastador infierno. Objetos cotidianos, recuerdos, muebles y enseres personales dan cuenta de los habitantes de esos espacios cotidianos. Las cocinas, oficinas, bibliotecas, pasillos o salas de cine son “estudios” dentro de edificios abandonados, escenografías amuebladas, incluso completamente renovadas antes de quemarlas con la ayuda de mis asistentes. Espacios que documentan mi arte pirómano.
El proceso pirotécnico debe planearse con precisión de antemano para evitar riesgos vitales o del equipo fotográfico, aunque nunca se puede predecir completamente la toma. El fuego destruye todo instantáneamente. El tiempo del fuego y el de la imagen se sincronizan, desde el disparo fotográfico a la chispa inicial.
Traducido por Ana J. Revuelta
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