El cómo y el qué. Apariencias mundanas
Existe, en el álbum, una dimensión material que refleja cuestiones estrechamente ligadas a la clase y a la cultura de quien lo manufactura. La calidad del papel del álbum, si tiene más o menos filigranas, lo sofisticado de los adhesivos, el origen de posibles recortes que acompañen las fotografías, la calidad misma de las fotografías –desde el foco, hasta la profundidad de campo o la textura del píxel–, o también el volumen –una gran cantidad de vacíos podría vincularse a una falta de tiempo, de posibilidad de dedicación– y, por supuesto, las particularidades de cada una de las representaciones: los paisajes, la ropa, la arquitectura, los muebles, las actividades que se estén llevando a cabo, etc.
La fotografía de Joy Gregory nos habla también de esta dimensión de clase y racial. Y lo hace abarcando todo el proceso fotográfico: desde el dispositivo utilizado para fotografiar hasta el objeto fotografiado. Su práctica, justamente por esta razón, puede ser pasada por alto, ya que aparentemente no encaja en los cánones de virtuosismo técnico o estético normalizados. Pero esa aparente banalidad del cómo y el qué responden, contrariamente, a unas intenciones desafiantes e inteligentes que complejizan sus proyectos y permiten que estos sean mucho más que meras representaciones de la cotidianeidad.
La serie Diary da comienzo en 2001, año en el que al padre de Gregory le diagnostican un cáncer y, también, año en el que le llegó su primer teléfono con cámara, aparato que documentaría, sin pretenderlo, los siguientes años de su vida. Lejos de los teléfonos de hoy en día, estamos hablando de un dispositivo precario, con una cámara más bien pobre –y generadora de imágenes pobres, en referencia a Hito Steyerl–, que se sustenta con una sola mano, que abraza todo el dispositivo y propicia unos movimientos de muñeca que culminan en unas composiciones y estéticas particulares de principios de los 2000. El conjunto de imágenes de Diary refleja momentos ordinarios, mundanos, de la cotidianidad que, más que atender a los detalles, construye una atmósfera y un estado de ánimo.
Old Clothes podría responder, como proyecto, a las mismas características del álbum que hemos mencionado con anterioridad: los materiales, las formas y los motivos representados sobre los tejidos nos hablan de cuestiones sociales y políticas que van mucho más allá del objeto en sí.…
Este artículo es para suscriptores de ARCHIVO
Suscríbete