Espacios Ocultos
Espacios ocultos es el nombre que le asigné en 2007 a una serie de trabajos que partían de una escrupulosa selección de grandes obras maestras del arte, principalmente de la cultura occidental, sobre las que apliqué un único criterio: la eliminación de toda presencia humana y de cualquier otro indicio de vida animada que tuviera que ver con la acción y, por lo tanto, con el movimiento.
Con esta intervención lo que pretendo es trasladar a un primer plano lo que inicialmente era el fondo de una escena con una función meramente contextual.
Lo sorprendente de este proceso es cómo cada obra tratada adquiere un significado diferente y abre nuevas lecturas, interpretaciones y reflexiones tanto sobre el arte clásico como sobre el contemporáneo.
Aspectos como el iconográfico, el histórico y el técnico cobran especial relevancia.
Se pone así de relieve el peso que cada momento histórico tiene en la determinación de unos patrones que son asumidos de forma colectiva y definen una manera de ver y de entender la realidad. Tan solo con la eliminación de la presencia humana en el paisaje de Brueghel nos encontramos con una visión muy cercana a la que tiene Friedrich. Para que se produjera en la evolución de la pintura el paso de una escena cotidiana a otra claramente trascendente se necesitaron varios centenares de años. Dos aptitudes distintas y determinadas por el contexto social y cultural de cada momento.
Reflexiones parecidas podríamos hacer entre El Bosco y Dalí, e incluso Walt Disney, en el Jardín de las Delicias. Entre Goya y Bacon en el 3 de mayo o entre Botticelli y Rousseau el Aduanero.
Todas estas relaciones también hablan sobre un flujo de continuidad constante en la evolución del arte que conecta a los artistas entre sí.
Otro aspecto importante consiste en cómo se traslada la escena de un plano narrativo a otros puramente descriptivos y simbólicos. Dicha eliminación narrativa también conduce a alteraciones temporales en la escena resultante al trasladarse en unos casos a una secuencia anterior a la escena representada y en otros posterior a la escena representada. Se crea así un juego en el que la memoria visual de la obra original (que en la mayoría de los casos pertenece a una memoria visual colectiva) es el elemento de referencia al que el espectador recurre para interpretar o leer los cambios sucedidos, siempre y cuando el espectador tenga conocimiento de la obra original.…
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