post_type:dossier
Array ( [0] => 75491 [1] => 84980 [2] => 88608 [3] => 88644 [4] => 88645 [5] => 88646 [6] => 89760 [7] => 88647 [8] => 88648 [9] => 88652 [10] => 88653 [11] => 88654 [12] => 88655 ) 1
size_articulos_ids: 13
Current ID: 88653
Current pos: 10
Articulo anterior: Sian Davey
Articulo siguiente: Lebohang Kganye
prevID: 88652
nextID: 88654
anterior

Jon Uriarte

siguiente

Jon Uriarte. Album, 2007. Courtesy of the artist. @jonuriarte_

Un fantasma prematuro

Tiene la fotografía la poderosa cualidad de hacer imposible la distinción entre los vivos y los muertos. Las fotografías nos sobreviven, como también lo hacen los álbumes familiares, en caso de que se cuiden y se conserven como es debido. De esta forma, usualmente, las fotografías pertenecientes a álbumes familiares provocan en la mirada extranjera, en el extraño (aquel que no pertenece al seno familiar), un repentino desconcierto, una inquietante ambigüedad: aquella que surge cuando el desconocedor del archivo íntimo se ve súbita, y muchas veces, inconscientemente, confrontado a ubicar en el plano terrenal o en el más allá a quienes contempla por vez primera. En ocasiones, la propia materialidad y apariencia de la fotografía condiciona esta decisión instintiva, que otorga la vida o la muerte, que fabula y proyecta sobre quienes nada sabe en absoluto.

En el caso de la serie Album, del fotógrafo español Jon Uriarte, se colapsa esta dialéctica visual, vital, fotográfica. El artista interviene sobre su propio álbum familiar a través de un ejercicio de postproducción (mediante el uso de Photoshop), borrando su presencia corpórea de todas y cada de una de las imágenes en las que este aparece, creando así un fantasma prematuro de sí mismo. Mediante esta práctica, Jon Uriarte trastoca el orden habitual de lo espectral, según el cual el fantasma debe sustituir a la cosa o a la persona. Como expone Jorge Luis Marzo en “Iconoclastias póstumas”, “al quebrar al fantasma antes de que la cosa efectivamente desaparezca, parecería que se subvierte la posibilidad misma de la vida póstuma, de una memoria futura”.

El acto creativo de Uriarte es compulsivo y totalizador

El acto creativo de Uriarte es compulsivo y totalizador. Bucea en el álbum familiar, iniciando su andadura en su propia infancia, pasando por su adolescencia y concluyendo en su juventud. Esta división de la serie fotográfica en tres etapas no es arbitraria, sino que hace alusión al libro de León Tolstói Infancia. Adolescencia. Juventud, donde el autor narra tres relatos autobiográficos (uno dedicado a cada periodo de vida). En el caso de Uriarte, este desanda los pasos de su trayectoria vital para desintegrarse en toda instantánea pretérita. Actuando contra la norma, el artista recurre al archivo para inutilizarlo, para quitarle la memoria —su memoria—. Arrancado su cuerpo de la imagen, únicamente queda el fantasma: un testimonio evidente pero incierto.…

Este artículo es para suscriptores de ARCHIVO

Suscríbete