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John Hilliard

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John Stezaker. Untitled, 2008. Courtesy of the artist and The Approach, London.

El corte y el pliegue

En el collage fotográfico sin título de John Stezaker de 2008, un grupo de bailarines de ballet con faldas plisadas blancas ocupan la mitad inferior de la imagen, mientras que encima de ellas un grupo mucho más grande de policías con uniformes oscuros están luchando por contener a una multitud de hombres trabajadores. En el montaje parece que el grupo superior está sostenido por un plano horizontal o suelo, suspendido sobre las frágiles bailarinas. La violencia potencial de la policía, sus botas casi invadiendo el espacio de abajo, contradice el tranquilo decoro de las bailarinas. La conjunción es a la vez improbable pero visualmente plausible, y es esta contradicción y la mera osadía de permitir que estos dos grupos ocupen un solo espacio de imagen que da como resultado una imagen tan convincente.

La fotografía de Aliki Braine, Land Over Sky (2016) nos presenta un montaje igualmente desconcertante, esta vez como una superposición. Una escena rural de colinas cubiertas de hierba, salpicada de árboles, se hace más compleja por una topografía incierta y una invasión de parches amorfos a través del suelo. Estas son, de hecho, nubes, aparentemente desplazadas de su posición superior habitual, y ahora se fusionan con la tierra de abajo. La impresión en realidad está hecha de un negativo doblado, superponiendo así dos espacios normalmente adyacentes, y hábilmente calculada para presentar un horizonte plausiblemente compacto y un cielo sin rasgos distintivos, mientras que el paisaje reconstruido en sí es más variado, con focos de erupciones brumosas.

Illustration
Aliki Braine. Land Over Sky, 2016. Courtesy of the artist.

Estas obras aparentemente diferentes, una urbana y poblada, la otra un paisaje deshabitado, de hecho tienen mucho en común. Ambos son monocromos y ambos están divididos horizontalmente por una línea diagonal que se sumerge de izquierda a derecha. Además, esas diagonales son brutales cuando se consideran en relación con la naturaleza prístina de la fotografía, un medio que normalmente se maneja con cuidado. La imagen de John Stezaker deriva del corte áspero de una cuchilla, mientras que la de Aliki Braine se logra al irrespetuosamente doblar y arrugar un negativo. En ambos casos, algo frágil se daña o destruye permanentemente para forzar la aparición de una nueva imagen. Ambas obras traicionan la intervención de la mano y no intentan disfrazar sus orígenes, pero las dos dan lugar a un resultado que trasciende esos orígenes, realmente más que la suma de sus partes y ahora resuena con una posibilidad narrativa adicional.…

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