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Joan Fontcuberta

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Sirenas

En 1947, el padre Jean Fontana, profesor en el Petit Séminaire de Digne y asistente del prestigioso geólogo y abad Albert de Lapparent, descubre en el valle del río Bès, en las estribaciones de los Alpes, los restos fosilizados de una especie entonces desconocida, llamada en adelante Hydropithecus. Los Hydropitecos, que se habían extinguido en el Mioceno, hace dieciocho millones de años, presentan una morfología increíblemente parecida a la de los ancestros acuáticos de los homínidos. Sus características anatómicas los acercan a la naturaleza de los sirénidos o mamíferos acuáticos, entre los que destacan el dugong y la rhytine de Steller. Pero, más allá de la zoología conocida, estos esqueletos petrificados hacen soñar con las legendarias figuras de los sirénidos y demuestran de forma poética que el ser humano pudiera proceder del agua.

Este tipo de hallazgos son tratados con prudencia y reservas a la espera de la opinión argumentada y concluyente de los expertos en paleo-antropología

Les Hydropithèques, Instalación permanente en el Musée-Promenade, Réserve Géologique de Haute-Provence, Digne-les-Bains.

Este tipo de hallazgos, que abren nuevas perspectivas sobre la teoría de la evolución, son tratados con prudencia y reservas a la espera de la opinión argumentada y concluyente de los expertos en paleo-antropología. Como era de esperar, la aparición de los hydropitecos provocaría sospechas dentro de la comunidad de especialistas e investigadores. En cuanto a las controversias científico-religiosas, estas no mejorarían la situación (Philip Henry Grose, por ejemplo, desde una perspectiva creacionista, afirmaría a mediados del siglo XIX que los fósiles son trampas esparcidas por Dios con el objetivo de despistarnos acerca de nuestros orígenes). Hoy en día, no hay dudas con relación a su autenticidad, y los hydropitecos han sido inscritos en el árbol filo-genético comenzando por el Ardipitecus ramidus y finalizando por la especie humana. La UNESCO, en su resolución TC-U 367/2007, declaró Tesoro paleontológico de la humanidad el conjunto de restos de los hydropitecos.

Illustration
Dibujo de campo realizado por el padre Jean Fontana en el yacimiento del Valle del Bès, Francia.

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