Momentos de oro
Jessica Craig-Martin es conocida sobre todo por las fotografías que toma de fiestas, fiestas en las que los invitados se adornan con las que creen sus mejores galas pecando casi siempre de exageración “hay que aparentar más de lo que se tiene incluso cuando se tiene mucho”, fiestas en las que las joyas la mayoría de las veces no son lo que parecen y en las que más allá de los rostros, los cuellos y los escotes todo está maquillado “se deben ocultar los defectos”, fiestas benéficas en las que sobra la comida y en las que lo único que es libre es la barra porque todo forma parte de una mascarada controlada.
La propia Craig-Martin cuenta cómo comenzó: “Empecé a tomar fotografías de fiestas para un rico hombre de negocios de Nueva York que quería registrar sus joviales y vulgares fiestas de oficina en las que abundaba el alcohol”.
Fiestas en las que la gente se comportaba de una forma peculiar, casi ritual, y convenía concentrarse en los detalles:”Directamente empecé a enfocar los detalles de comportamiento y a usar el ángulo de la lente para capturar el sentimiento de la fiesta, sin hacerlo de forma consciente. Sucedió de un modo natural. Creo que un detalle bien examinado puede contar la historia mejor que un disparo general de la escena. El ángulo del disparo puede expresar esa combinación de levedad y angustia que se siente en las situaciones sociales. Mi galerista lo llama mi ‘lente borracha'”.
Unas fotografías que pronto interesaron a los editores de moda porque hacían de lo teatralizado algo azaroso. “Llegué a la fotografía de moda solo a través de mi obra. Nunca fue mi ambición o interés particular. Puede ser muy divertido volverse creativamente loco en estas situaciones editoriales inventadas. Creo que me contratan básicamente para que lleve a las sesiones fotográficas ese sentido de espontaneidad que encuentro en el mundo real”.…
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