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Isabelle Wenzel

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Fotografía de Isabelle Wenzel
Detalle de: Isabelle Wenzel. It reminds me of the wind 2, 2019. Courtesy of the artist.

No pestañees

Sobre la fotografía se ha escrito que es el arte de la rapidez, de lo inmediato. Que agarra la imagen y la sujeta al papel aún en contra de su voluntad. Se piensa en la fotografía como un arte de lo imposible, de lo inesperado, de la sorpresa. Isabelle Wenzel (Wuppertal, Alemania, 1982) trabaja sus fotografías a través de la velocidad y del movimiento, en un tiempo inmediato, fugaz. En sus imágenes solamente hay un cuerpo, el suyo propio. Ella es la escultura y ella es la fotógrafa. Otros elementos que se van sumando son el movimiento, la naturaleza, el color, a veces lo imposible, y más recientemente la tecnología —como la incorporación de drones y su entrada al vídeo como género subsecuente de la fotografía y la performance—. Ella habla de improvisación, pero vemos que el resultado no es casual, sino que obedece a una muy adiestrada experiencia tanto física como visual. Es evidente que Wenzel es una perfecta acróbata que sabe utilizar su cuerpo, moldearlo, agitarlo hasta conseguir lo imposible. Pero también resulta obvio en sus esculturas fotográficas el uso del color y del movimiento, así como su estrecha vinculación con momentos concretos de la historia del arte: desde el cinetismo a las vanguardias históricas o el pop art. Y, por supuesto, a la performance.

Wenzel habla del error como origen de la forma, de cómo son el cuerpo y la gravedad los que conforman la imagen. La realidad es que la prueba y el fallo son inevitables para el desarrollo. En el proceso de estas imágenes el cuerpo de Wenzel se mueve en un breve tiempo de exposición automática delante de la cámara, haciendo posturas, formas atrevidas, imposibles, que la convierten en un elemento más de la naturaleza. Su conexión con la tierra y sus elementos es algo que sigue desarrollando en su obra. Ella misma escribe: “Soy un espacio en el paisaje. Una formación geológica. Una forma botánica. Una isla de aislamiento. Un cuerpo pensante”. Pero es el resultado lo que aquí nos importa. Y ese resultado son una serie de esculturas fotográficas de origen autónomo, en las que el azar altera gradualmente la idea previa. Como en un taller de escultura, en el que desde el bloque de piedra hasta su resultado final habrá cambios en el guion previsto.…

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