I / Everyday
No hay nada más emocionante que tener quince años. Las nimiedades son eléctricas. Cada experiencia es un precipicio en el que caes voluntariamente de cabeza. No se trata de tener toda la vida por delante como se suele decir. Es todo lo que te puede pasar. En una sola tarde de verano. En una fiesta para la que has contado los días. En un encuentro inesperado. Es un nudo en el estómago por cada pequeña cosa. Es una canción que bailas a oscuras en tu cuarto. La felicidad o la desgracia de las primeras veces. La deliciosa inexperiencia que sólo puede estar abocada al más terrible de los dramas o al más encantador de los desenlaces. La verborrea delirante de la vida a tus pies. Las imágenes sencillas y desbordantes de Olivia Bee plasman la belleza singular de lo desconocido. Contienen esos primeros pasos, tanteos, fracasos y grandes victorias. Momentos perfectos captados en el instante justo. El esmalte craquelado en unos dedos que ejecutan una caricia, un corazón pintado para alguien en la pared, una despedida, un arco iris que se desvanece o unas luciérnagas atrapadas en el bosque. Son pequeñas cosas que, retratadas con la óptica sobredimensionada y apasionada de la adolescencia, se convierten en poesías visuales. Relatos coloristas y desenfocados narrados de primera mano. Alejados de los habituales clichés, aportando nuevas construcciones de esa esencia emocionante que, según dicen, se pierde con el tiempo pero que Olivia Bee atrapa en sus imágenes: recuerdos inalterables de la emoción cotidiana que supone el tránsito a la vida adulta.
Cada experiencia es un precipicio en el que caes voluntariamente de cabeza
Olivia Bee atrapa en sus imágenes: recuerdos inalterables de la emoción cotidiana que supone el tránsito a la vida adulta.
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