Discotecas, arquitecturas del gadget, arquitecturas de la experiencia
Nightswimming es una crónica de las discotecas narrada de una manera subjetiva, incompleta y, de algún modo, parcial, pero siempre con un propósito claro en mente: el análisis del espacio. No cabe duda de que la historia de las discotecas es un fenómeno antropológico además de arquitectónico. La evolución cultural y económica de la sociedad ha ido transformando progresivamente la idea de la diversión y, por lo tanto, también los espacios en los que esta se construye y se configura. Estos lugares se han ido ajustando de forma gradual a modas y demandas nuevas y se han ido modificando y actualizando hasta llegar a la paradoja actual: hoy en día, las discotecas casi nunca son espacios diseñados por arquitectos, sino que, más bien, son ocupaciones transitorias de recintos destinados a otras funciones.
No cabe duda de que la historia de las discotecas es un fenómeno antropológico además de arquitectónico
Las discotecas podrían definir bien la idea de “arquitectura del gadget”, en la que los dispositivos y la máquina cobran una gran importancia para generar una experiencia de inmersión sensorial, una de las propiedades que ha importado a la arquitectura moderna. El escritor y crítico Reyner Banham hablaba de una “segunda era de la máquina” para referirse a un contexto en la que los dispositivos electrónicos de tipo doméstico revolucionaron tanto la arquitectura como la sociedad. Los focos y los altavoces constituirían, en este sentido, la más avanzada de estas pequeñas tecnologías, capaces de construir una experiencia colectiva.
Si entendemos la discoteca como un todo, la música podría, entonces, convertirse en un elemento más de la partitura. La discoteca se puede entender como la última de las tipologías arquitectónicas consecuencia de una visión positivista de la máquina. Un proyecto hedonista colectivo que tendría su origen histórico en la central eléctrica (recordemos que Berghain, la mítica discoteca de Berlín considerada por muchos como un templo del techno, está ubicada en una antigua central eléctrica) y que toma forma a través de una serie de dispositivos electrónicos. En esta suma de capas que conforman el espacio del club, la música sería uno más de estos dispositivos. Y es que la música electrónica lo es en dos sentidos: se produce y reproduce mediante dispositivos electrónicos.
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