Carreteras
El viaje, la carretera, y las imágenes de un mundo romántico dentro de una contemporaneidad ya anacrónica son los protagonistas del trabajo de este fotógrafo errante que vive en México, en un continuo viaje por carreteras y por paisajes que ya tienen poco que ver con el habitual del viajero en coche. La opción del viaje por caminos polvorientos, la música rock y los automóviles viejos, igual que esa estética kitsch, impensable fuera de los moteles y las autopistas de América, definen a un fotógrafo que construye una road movie con cada serie de imágenes que realiza. Aunque Curto no es solamente fotógrafo, ya que su obra sobre la frontera, el viaje, el nomadismo y la pertenencia a un lugar concreto tiene formalizaciones diversas, es la fotografía el lenguaje prioritario en su trabajo, pues es también —junto al cine— el medio más adecuado para poder expresar ese aire de viaje continuo, de libertad y al mismo tiempo el extrañamiento que produce el vivir en los límites del espacio y del tiempo, allí donde solo hay silencio y soledad y un paisaje que parece creado solo para nosotros.
El viaje, la carretera, y las imágenes de un mundo romántico dentro de una contemporaneidad ya anacrónica son los protagonistas del trabajo de este fotógrafo errante
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