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Victor Burgin

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Victor Burgin. The Little House, 2005. Courtesy of the artist.

Estar en un lugar y ver otro

La mayoría de mis obras de foto, texto y vídeo se han hecho en respuesta a invitaciones a trabajar en lugares particulares, normalmente una ciudad o un edificio. En todos mis trabajos la apariencia y la historia de un lugar –como lo representa la cámara y como lo revela la investigación– se refractan a través de un prisma de asociaciones subjetivas. El compositor John Cage, hablando de su experiencia cuando estuvo en la casa de Kings Road de Rudolph M. Schindler, dijo que le había gustado “estar en un lugar y ver otro”. Cage se refiere a su impresión, en 1934, de una característica “óptica” del plan abierto de Schindler. Hay sin embargo un sentido por el cual estar en un lugar y ver otro es una condición constante de cualquier experiencia.

El poeta romántico Samuel Taylor Coleridge afirmó que sólo en sueños podía escapar de la casi continua y estimulante experiencia de mirar una cosa mientras pensaba en algo más. El desapego entre la localización mental y la física puede tomar una variedad de formas. Puede incluir, por ejemplo, la experiencia de “mirar como” –como cuando el cineasta Alain Resnais declara que le gusta encontrar la parte de una ciudad que le recuerda a otra. O uno puede superponer la situación real en la que se encuentra con una escena ficticia, como hago en mi vídeo The Little House –en el que se ve la casa de Kings Road a través de los interiores descritos en la novela de JeanFrançois de Bastide, La Petite Maison, de 1758.

Cuando empiezo a trabajar, me guía la “primera regla” del psiconanálisis –el requerimiento al analizado de que “diga lo primero que le venga a la mente”.…

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