Una imagen que hable a todos. Entrevista con Mary Ellen Mark
El circo es un tema al que ha vuelto en numerosas ocasiones. ¿Qué la llevó a fotografiarlo por primera vez?
Me encanta el circo. Siempre me ha encantado. Quizá sea porque el cine me ha influido mucho. Me gusta el cine. Siempre voy al cine, me inspira totalmente y me sobrecogen las grandes películas. Uno de mis directores favoritos de siempre es, por supuesto, Fellini, y La Strada es uno de los films que probablemente más me ha influido o, mejor, me ha inspirado. Odio usar la palabra “influido” porque nunca podría hacer nada que se aproximara a lo que hizo Fellini, pero lo que me inspiró fue La Strada: el pequeño circo, el misterio, la belleza y la poesía de ese mundo, y también esa cualidad que lo hace universalmente comprensible. Traspasa las fronteras culturales.
El circo tiene un imaginario muy icónico…
Es icónico y puede ser icónico. Puede interpretarse icónicamente. Tiene esa posibilidad.
De hecho, algunas de sus imágenes del circo se han hecho icónicas. Se ha centrado en las bambalinas, en los artistas descansando detrás del escenario, más que actuando para el público.
No importa qué esté fotografiando, mi esperanza y mi sueño es hacer una imagen icónica. Es algo a lo que no es fácil llegar. Si haces unas pocas en tu vida es que realmente has tenido suerte. Por supuesto, ciertos temas te llevan a ello más que otros. Trato de hacer una imagen que hable a todos. Una imagen icónica habla a todo el mundo.
Es interesante que haya fotografiado circos en países en vías de desarrollo, más que en EE.UU. o Europa.
Es más duro en Estados Unidos porque el mundo de las bambalinas está más mecanizado. Toma, por ejemplo, el Ringling Circus: un gran circo al que es más difícil acceder porque es un mundo más organizado. Aunque probablemente podría hacerlo, y me encantaría fotografiarlo. Tomé fotografías para el New Yorker del circo UniverSoul, que es un circo negro en Estados Unidos, e hice una que me gusta particularmente, la de una elefanta que se llama Anna Mae y la mujer que la monta.…
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