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Jeff Burton

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Jeff Burton. Untitled #226 (Glass Brick), 2007. Courtesy of the artist and Casey Kaplan Gallery, New York.

Entrevista con Jeff Burton

Has descrito LA como “un plató en un plató en un plató…”, donde todo el mundo es continuamente observado. ¿Cómo percibes y vives la diferencia entre “ser” tú mismo e “interpretarte” a ti mismo ante la mirada de otros?

A veces me resulta difícil diferenciar entre un yo “auténtico” y otro “performativo”. Sí hay una clara diferencia entre ser el voyeur (el fotógrafo) y el exhibicionista (el artista).

¿En tu opinión, cómo se construye la realidad a través de la fascinación de mirar?

No estoy seguro de qué sea la realidad. Lo que creo que observo es lo irreal en los entornos en los que me encuentro, ya sea en un plató o en cualquier otro lugar. Esta noción de lo irreal es difícil de expresar con palabras. Podría hablar de yuxtaposiciones curiosas, de disparidades en las escalas y otros encuentros extraños entre lo animado y lo inanimado, pero prefiero que sean las fotografías las que desarrollen esa sensación en el espectador.

LA parece ser un catalizador de leyendas en el que la realidad diaria y la ficción se confunden, como un palimpsesto sin fin. Al llegar, ¿llevabas contigo alguna asociación o idea concreta?

Me mudé a LA para estudiar pintura en CalArts. Tengo que reconocer que preferí LA a otras opciones por el potencial de excitación y glamour (al menos en mi imaginación). Sentía una gran atracción por el cine que vi en Texas. Allí estaba aislado y las películas eran una prueba de la existencia de otros mundos. Mis influencias eran la cultura pop, las portadas de discos, las películas de Hollywood, los carteles publicitarios, las revistas de moda, los programas de televisión… Sin embargo, en Fort Worth también había tres museos de arte de envergadura. Estos espacios me ofrecieron soledad, placer visual y contemplación en lo que de otro modo habrían sido años de glacial ausencia de inspiración. Después, y antes de irme a California, la pornografía pasó por supuesto a ser algo muy visceral y potente. En lo que se refiere al cine, cuando tenía nueve años vi una de las primeras películas sobre desastres de los setenta: La aventura del Poseidón. Con un acontecimiento espectacular y único (el naufragio de un trasatlántico en Nochevieja), todo lo conocido cambia para siempre.…

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